La verdad y el traspaso de su soporte técnico

por IGNACIO PÉREZ, Est. Ingeniería Civil, U. de Chile. Vaada Jinuj Hashomer Hatzair Chile.

 

Sin mayores preámbulos, y tal vez sin mucha rigurosidad, podemos decir que los judíos inventaron la palabra escrita como expresión divina, o sea, fuente de la Verdad. Su tradición del estudio y la interpretación de ésta, es quizás el más importante aporte del pueblo judío a la cultura, y razón de tantos otros. No es coincidencia el interés de Borges por lo hebreo y su consideración del libro como la mayor invención del hombre; es, después de todo, el dispositivo fundamental de la historia, plataforma del conocimiento y, por tanto, de la misma verdad. El conocimiento se reproduce a sí mismo a través de este medio, se acumula exponencialmente, a diferencia de lo que ocurre con una cultura oral.

La invención del registro audiovisual y posteriormente la invención de la pantalla, el microchip y el internet comenzaron a transformar de a poco la verdad, mudándola de plataforma. Lo que antes era la palabra inmutable, escrita con tinta, ahora es formato de texto enriquecido y está en constante actualización; la verdad es variable, débil, circunstancial. La acumulación de información y la disponibilidad de ésta es mayor que nunca, pero como siempre no estábamos preparados para recibirla.

Pero el progreso no se detuvo ahí, y pronto la producción video gráfica alcanzó niveles jamás imaginados con la socialización del celular con cámara, el cual nos permite la apropiación directa del hecho, sin necesidad de ponerlo en palabras si quiera; sin la mediación del lenguaje. Basta sólo apretar un botón y tenemos una verdad para compartir, para comunicarla sin tener que decirla. Es una verdad instantánea, una verdad en bruto; no una verdad en sí, un mero hecho; no una información ya elaborada, digerida, pasada al menos por el filtro del lenguaje. Apenas si media el tiempo entre ambas realidades ya que ambas, la observada y la desde la cual se observa, son un presente en ese momento.

Lo que queda grabado cuando se registra audiovisualmente es siempre un presente, ya que pasado y futuro sólo existen y coexisten en el dominio del lenguaje.

Desde que el hombre inventó cómo dejar registros de sus pensamientos y que éstos sean entendibles por otros, el progreso ha sido ineludible. Sólo tardaron unos cuantos miles de años en inventar la fotografía y finalmente el video digital, pero finalmente logramos capturar la realidad, visual y sonoramente al menos, instante por instante, y ello tiene consecuencias fundamentales, y bastante dudosas para una sociedad cuyo desarrollo (intelectual, espiritual, individual) pareciera encontrarse en un estadio previo al de su desarrollo tecnológico.

Todo es verdad —dice Rick Deckard en la novela que dio origen a Blade Runner— todo lo que alguna vez ha sido pensado es cierto.

Publicaciones Similares

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *