Cerré Facebook, entré en política y Marcel Claude es la cumbia.

por DANIEL TOPAZ, Psicólogo, U. Diego Portales. Ex Mazkir Hashomer Hatzair.

 

Desde el ballotage en el que salió electo Sebastián Piñera, había optado por no votar, manifestando no un descontentó con la la política, sino con el supuesto de “representatividad” que implica la democracia electoral. Siempre me interesó la política, solamente había reflexionado y llegado a la conclusión que el sistema actual reducía la acción política ciudadana al circo electoral.

Personalmente, sentía que la única manera de ser consecuente era intentar vivir el cambio que quería ver en el mundo, traté de conducirme mejor como persona y de mantenerme lo más posible al margen del capitalismo.

Pensaba a principios de este año, que como muchas veces ya había visto, se pondrían en marcha los preparativos para un espectáculo televisivo el 17 de noviembre, que tendría un final esperado y que antes las opciones que se avizoraban, la abstención bulliciosa me parecía la mejor.

Sin embargo, un día decidí ir a escuchar en vivo y en directo a un personaje que ya me era conocido, y cuyos planteamientos rozaban bastante cerca mis convicciones. La noche anterior había llovido copiosamente, sin embargo, el universo conspiró para que aquel domingo el Sol acompañara a una procesión de ciclistas que terminarían su recorrido en la plaza de Ñuñoa. Ahí se dirigió a los presentes un caballero, que me causó la impresión de que tenía ante mí nada más y nada menos que a un ser humano. Cualidad que no podía encontrar en otros candidatos que me parecían mas bien robots, títeres u otro tipo de objeto inanimado y controlado por terceros. Este atributo personal, abrió mi corazón, pero sus planteamientos políticos anidaron en mí la esperanza. Y sencillamente lo que plantea Marcel Claude, es que otro mundo es posible, en el cual el pueblo decide por sí mismo y para su propia felicidad.

Esa mañana, vi a una chica que tenía un cartel en la canasta de su bicicleta que rezaba: “Cerré Facebook, entré en política y Marcel Claude es la cumbia”. Esa mañana, la sencilla y esperanzadora intervención de Marcel y ese cartel, conjuraron misteriosamente e hicieron florecer por fin mi la voluntad de perseguir activamente un sueño.

PD: cierro facebook de verdad, así que a la gente que me quiere, todo el resto de los canales están abiertos para uds.

Publicaciones Similares

Un comentario

  1. En realidad el tal Marcel Claude resultó una cumbia.
    Su discurso terrorífico de las transnacionales que controlan el mundo y la masa de víctimas ignorantes explotadas, es una teoría delirante más.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *