Deportistas de elite obligados a llorar limosna

por JOSE ZAVALA, Est. Ingeniería Comercial y Publicidad, U. Adolfo Ibáñez.

 

Supliendo una labor que no le corresponde en lo absoluto, el empresario minero Leonardo Farkas se ha convertido en el ángel guardián del deporte chileno. Con un elevado monto, el millonario ha asistido a una lista no menor de deportistas de excelencia que lamentablemente no tienen el apoyo de las instituciones correspondientes. Parece insólito que un deportista de elite tenga que andar llorando limosna para poder representar a nuestro país en un mundial o en una olimpiada.

Lamentablemente, esa es la realidad que viven la mayoría de las personas quienes decidieron dedicar su vida al deporte que los apasiona. Esto ocurre principalmente con los deportes poco masivos que no tienen tanta cobertura mediática, y por ende, sus representantes son entes absolutamente desconocidas para la mayoría de los chilenos: gimnasia olímpica, ciclismo, boxeo, natación, patinaje, entre otros, son las disciplinas de las cuales sabemos poco y nada, y al parecer, para las organizaciones deportivas también.

Mágicamente, a medida que se acercan los juegos panamericanos, mundiales u olimpiadas, comienzan a aparecer en los medios las historias de nuestros heroicos deportistas que, a punta de esfuerzo, van a representar la bandera nacional. Desgraciadamente, las historias y los discursos empiezan a repetirse: mala infraestructura, precaria implementación, poco apoyo monetario, son algunas de las quejas que expresan los jugadores apenas tienen la posibilidad de hacerlo. Lo único que han logrado los establecimientos deportivos a través del tiempo es que estos luchadores pierdan la esperanza en ir a tocar sus puertas exigiéndoles su apoyo, y opten por dedicarle menos tiempo a sus entrenamientos para poder trabajar y financiarse, o drásticamente deciden abandonar sus sueños.

La ciclista nacional de 18 años Aranza Villalón a través de  Twitter le escribió a Leonardo Farkas “Don Farkas ayúdeme, sólo me faltan 3 millones (de pesos) para completar la meta! Soy Aranza Villalón, quiero estar presente en el mundial”, a lo que fue respondido “Aranza, cuenta con los tres millones para representar a Chile en el mundial de ruta de Italia. Manda cuenta. Leonardo Farkas”.

Así es como se va alargando la lista de los ya apodados “bendecidos” por el empresario: Tomás González quien recibió 80 millones para implementación, Kevin Silva, el joven deportista que fue atropellado camino a una maratón, recibió un auto adaptado para su discapacidad, Oscar Vásquez, quien para la preparación de las olimpiadas pasadas recibió 5 millones de pesos. Junto a ellos, los acompaña también la federación de balonmano, quienes gracias a los 10 millones, pudieron asistir al mundial en Hungría, y María José Maillard, canoísta beneficiada con 2 millones y medio.

El empresario, viéndose interpelado a apoyar el deporte chileno, nos hace darnos cuenta que, si bien el gobierno destina millonarios presupuestos año a año para el deporte, a quienes les debería por lógica y derecho llegar este dinero (los mejores en sus disciplinas), no les está llegando.

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