El impacto Judío en la Democracia

por ALICE BERGGRUN, Lic. en Ciencias Políticas, U. de los Andes, Colombia.

 

El aporte judío a la democracia ha sido obviado en la historia de la humanidad, aun cuando fuimos el primer pueblo en imponer un sistema de distribución del poder, especialización de los mismos y la poca concentración del poder en una sola cabeza.

La Biblia en particular y el judaísmo en general han inspirado varias constituciones del mundo, incluido los Estados Unidos donde la libertad y la declaración de los derechos fueron resaltados por los puritanos que fundaron las trece colonias originales, dándole importancia al legado del Éxodo y la similitud con su propio camino recorrido hacia América en la fundación y formación de un pueblo y estado libre, donde primaría la igualdad ante Dios como valor fundamental.

Thomas Paine, autor de “Sentido Común” (un tratado fundamental en la creación de los Estados Unidos, en contra de la monarquía inglesa), hace referencias en su tratado a recomendaciones de Guideón y el profeta Samuel para la construcción de una nación igualitaria. Así mismo, las lecciones de liderazgo de Moisés, expuestas en el Éxodo, también son testimonio de los primeros líderes del nuevo Estado-Nación constituido por estas colonias.

Los autores de la Constitución de Estados Unidos y otros países fueron inspirados por la estructura política de las doce tribus de Israel en el desierto; gobernados por Moisés (cabeza del poder ejecutivo), Aarón (el guía espiritual) y la legislatura de los 70 sabios (poder judicial y ente consultivo). Estos puritanos se referían a sí mismos como “la versión moderna del Covenant (pacto)”, de donde viene el “federalismo” (un derivado de la palabra latina para pacto Covenant=Foedus).

Estados Unidos es el país de Occidente con más raíces religiosas: ve el antiguo y nuevo testamento como piedra fundacional de su constitución. En USA, hay más de mil pueblos que llevan nombres bíblicos (Salem=Jerusalén, Zión, Jerichó, Canaán, etc). También, la campana de la independencia sostiene una inscripción de Leviticus 25:10 – “Proclaim liberty throughout the land and unto all the inhabitants thereof” – que inspiró el movimiento anti esclavitud.

En contraste con la Europa cristiana, que considera el judaísmo como un competidor (de la mejor manera) o como un enemigo o adversario, la cristiandad estadounidense considera el judaísmo un aliado en sus principios y valores. Esto ha facilitado una integración exitosa de los judíos en todos los aspectos de la sociedad americana, incluyendo la arena política con 42 miembros judíos en el congreso de USA (Bernard Sanders, Barbara Boxer, Norm Coleman, Russ Feingold, Ron Wyden, etc.) y con varios gobernadores y alcaldes (George Allen, Linda Lingle, Ed Rendell, Jack A. Markell, etc), aun cuando constituyen solo un 2.5% de la población de este país.

Esta realidad ha hecho que los judíos se sientan atraídos a las urnas a votar y que la participación de los judíos en cualquier elección sea valorada grandiosamente no sólo en términos de votos, pero también como parte fundamental de la construcción de un Estado, en áreas como la económica, política o social.

Esta situación ha representado cambios fundamentales en las comunidades judías alrededor del mundo, incrementado la valoración de la vida en comunidad (no solo dentro pero afuera de la comunidad judía) y ha generado lazos fuertes de reconocimiento entre judíos y no judíos en las democracias modernas.

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