Faltan Pamelas Jiles

por DAFNA GOLDSCHMIDT, Arqueóloga, U. Internacional SEK.

 

Hace algún tiempo, sucumbí a los encantos de la teleserie turca Las Mil y una noche en la cual Sherezade, la protagonista, está a la altura de la antigua Oshin y María Mercedes, utilizando los mismos recursos de la mujer sufrida pero en versión recargada, moderna y con la novedad que tiene esa mezcla de Oriente y Occidente.

Esto me llevó a actualizarme un poco más de lo que hay en la TV nacional y llegué a un programa en la Red llamado «Mentiras Verdaderas» donde, si bien ya había escuchado comentarios de ella, me sorprendió ver a Pamela Jiles, personaje que ya creía olvidado en nuestro mundillo televisivo.

En la sección “Chile a prueba de Jiles» del programa, Jiles hace un análisis de  varios temas del acontecer Nacional que, por lo que he podido ver, pasa desde el incendio de Valparaíso al Movimiento Estudiantil, abordando también a personajes y partidos políticos. El análisis de las temáticas a tratar es expuesto por Pamela con un manejo de información y antecedentes considerables, de una manera lúdica y con una profundidad que me sorprendió, considerando el papel que juegan la mayoría de las mujeres chilenas en nuestra TV.

Es una pequeña resistencia en nuestra TV que, aparte de ser un respiro, puede hacer una pequeña diferencia en el telespectador al acceder a otro tipo de información.

Y si bien, esta  pequeña resistencia  televisiva  finalmente sucumbe a las reglas del sistema, donde Pamela es ridiculizada y tratada casi que de «vieja loca» cuando expone sus argumentos , y que la gente cuando llega agotada de la pega puede preferir ver la peli del 13, fútbol, farándula, Morandé con Compañía, o en mi caso Las Mil y una Noche. No hay que subestimar tanto a las personas; Tolerancia 0 lleva un buen rato en la tele.

Jiles está haciendo una diferencia en la TV chilena. Ojalá que más canales y programas se la jueguen por contratar más mujeres como ella, y no solo mujeres de utilería, sino mujeres con opinión, que puedan aportar a nuestra reflexión a través de discusiones, con variedad de opiniones, pero con altura de mira.

Pamela está reivindicando al género femenino en la tele y también a su «rango etario femenino», aunque para eso lamentablemente tenga que pasar como una ridícula.

De forma más aterrizada, creo que el gran mérito es que una mujer mayor de 50, con una opinión distinta a la mayoría de sus pares, y desde «el intelecto», se pueda hacer un sueldo en la TV chilena por dar su opinión. Un gran paso para tener una televisión más pluralista.

Sobran las Argandoñas, las Corderos y las Maldonados, y faltan las Pamelas Jiles.

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