Por el fin a la Ocupación

por AMÓS, Agrupación judeo-argentina por el cambio político y social.

 

Queremos expresar una voz que hoy no tiene lugar en el debate comunitario. Incluso podríamos afirmar que no existe tal debate. En cambio, encontramos posiciones extremas que muchos pretenden hacer pasar como mayoritarias, arrogándose una representación que no es tal. Creemos que nuestra voz es también la de muchos judíos argentinos que no comparten la mirada “oficial” de la dirigencia comunitaria judeo-argentina.

Esto tiene que ver con nuestra propia constitución como grupo y con la necesidad de debatir ciertos sentidos comunes que deben ser problematizados, así como una realidad frente a la cual no podemos callar.

En relación a los hechos recientemente ocurridos en Medio Oriente, expresamos nuestro más enérgico repudio a todas las muertes. Tanto de los tres jóvenes israelíes secuestrados y asesinados, como de los palestinos que han muerto como consecuencia de la respuesta israelí y el asesinato en venganza por parte de fanáticos judíos. Compartimos el dolor de sus familiares y seres queridos y estamos convencidos que no hay ningún motivo que justifique estos crímenes. Condenamos asimismo la violencia que emplea Hamas desde Gaza contra la población civil, como también las agresiones del ejército israelí y la ofensiva desplegada actualmente, incluyendo el encarcelamiento de diputados palestinos.

Esta crítica no pretende exigir una mirada “objetiva” frente a miradas “tergiversadas” de la realidad, las cuales son presentadas como antisemitas por el establishment comunitario. No somos analistas políticos. Como agrupación política judía argentina por la transformación política y social, no tenemos pretensiones de objetividad ni de neutralidad.

Entendemos central la problemática de la ocupación del Estado de Israel sobre los territorios palestinos. Israel viene desoyendo las resoluciones de Naciones Unidas que le exigen el retiro de los asentamientos y del ejército de los territorios ocupados. No queremos justificar hechos como el que hoy tenemos que lamentar. Creemos que es el problema de fondo, e intentar discutir Medio Oriente como si la ocupación no existiera, anula cualquier posibilidad de debate.

Frente a esto, nos posicionamos firmemente en contra de la ocupación de los territorios palestinos que el Estado de Israel realiza a través de su ejército y de la expansión de las colonias. Ocupación es opresión. No es un conflicto entre iguales. Hay un Estado poderoso y un pueblo oprimido. No es esto una aseveración valorativa, es una realidad que a la vez es negada por el oficialismo comunitario.

Posicionarnos de esta manera no implica defender a Hamas, como de manera burda intentan hacer parecer desde el establishment de la comunidad frente a cualquiera que ose diferir de la voz oficial. Reivindicar el derecho que tiene el pueblo palestino a resistir la opresión que sufre no anula la distancia ideológica y metodológica que nos separa de un movimiento fundamentalista como Hamas. Nos separan un abismo de diferencias, tanto en la forma en la que se debe llegar a una solución al conflicto, como en las posibilidades de convivencia entre los pueblos, además de temas fundamentales como el lugar de la religión en la sociedad y el rol de la mujer y otros actores sociales, entre otros.

La reacción que se generó desde la dirección comunitaria argentina a través de las redes sociales frente a estos hechos merece un análisis. La mirada unívoca y centrada únicamente en las víctimas israelíes poco tiene que ver con nuestros principios como comunidad. Nosotros no distinguimos entre el origen étnico, cultural o nacional para defender una vida, simplemente la defendemos. Una vida judía no vale ni más ni menos que una palestina, y la muerte de palestinos debiera tener el mismo repudio a nivel comunitario. Nos preocupa el nivel de agresividad con que se “opina” sobre el tema, así como la búsqueda de victimización constante.

Muchas personas comprometidas con su identidad judía se sienten obligadas a adoptar un discurso que termina justificando la ocupación como única manera de expresarse “desde su judaísmo”. Estos hechos son la expresión más clara que la ocupación debe terminar y que su continuidad traerá sólo más muertes. Desde hace años, son muchas las voces comunitarias que sostienen que el problema de fondo es la ocupación.

Somos conscientes que frente a nuestra posición, muchos podrán acusarnos de ignorantes, de “no entender la complejidad de la situación”. Incluso muchos cuestionarán (quién sabe con qué parámetros) nuestra propia “judeidad”. Es una práctica habitual posicionar a las voces “disidentes” por fuera de la comunidad. “Renegados”, “judíos que se odian a sí mismos”, son algunas de las fórmulas que se usan para desacreditar a las personas, sin tener que dar respuesta a lo que dicen. Fue así que intentó ser “borrada” de la comunidad judía una importante tradición de lucha y de compromiso con el cambio social, presentándola como constituida por elementos externos no judíos.

Desde nuestro lugar, como jóvenes con una vida comunitaria activa, y desde nuestra identidad judía, la cual entendemos como comprometida y transformadora, debatimos convencidos que debemos jugar un rol en la construcción de una solución justa al conflicto. Tenemos el derecho y el deber de expresar nuestra solidaridad con el pueblo palestino. No estamos de acuerdo con la política actual del gobierno israelí, y no por eso vamos a ser objeto de un “jerem” (ex comunión) moderno.

Convocamos a todos, especialmente a nuestros hermanos judíos, a sumarse a esta discusión, alejados de fundamentalismos de cualquier tipo, y con la perspectiva de construir una identidad judía asociada a los valores de transformación social que defendemos.

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Un comentario

  1. Comparto todas y cada una de las palabras expresadas en esta declaración. Me sumo. Los principios morales deben ser universales.

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