La verdadera lucha contra la asimilación

por NICOLÁS GRIMBLATT, Est. Ingeniería Comercial, U. de Chile. Ex Rosh tnua Tzeirei Ami.
 
Al preguntarnos por el objetivo que tiene una tnua con la comunidad y sus javerim, se hace referencia a la “lucha contra la asimilación”, escondiendo la sensación de vacío que entrega el analizar la verdadera situación. ¿Qué es realmente luchar contra la asimilación? ¿Es realmente el objetivo de los movimientos juveniles judíos el luchar contra la asimilación? ¿Es un objetivo real y desafiante?
Analizando el término de “luchar contra la asimilación”, no nos entrega una real forma de funcionamiento. No hay diferencia en términos de lucha de una tnua y un club social o cualquier otra actividad que reúna a jóvenes judíos con una cierta periodicidad e identificación.
La lucha contra la asimilación se da principalmente en el ámbito social, el que no llega a justificar todos los esfuerzos en que incurren las tnuot, sus javerim y otras personas e instituciones que apoyan constantemente su labor.
El plantear el objetivo de una tnua como “luchar contra la asimilación” es una expresión vacía y no refleja el real aporte de las tnuot a la comunidad y la sociedad. Si sólo vamos a mantener a nuestros jóvenes dentro de la vida judía (algo que tampoco estamos logrando ya que las tnuot llegan hasta los 22 años), ¿Por qué nos esforzamos de la forma que lo hacemos por una tnua? ¿Por qué la comunidad y sus miembros apoyan financiar todo tipo de actividades, siendo que cualquier actividad social puede cumplir el rol de “luchar contra la asimilación”?
El movimiento juvenil judío como tal, como entidad educadora, tiene un objetivo que va mucho más allá. Para esta lucha, hay hechos que nos permitirán avanzar y hacer de las tnuot algo relevante no sólo a la comunidad, sino que a toda la sociedad.
No es luchar contra un fenómeno del judaísmo moderno el que nos va a llevar a triunfar, es entender las razones de la asimilación, su forma y su existencia, la que nos lleva a poder combatirla de una forma real y concreta y no sólo en las palabras vacías clásicas.
El sentido que tiene una tnua es la educación. Como janijim somos educados, como madrijim educamos y al mismo tiempo, somos educados. Es la educación constante, de contenido desafiante la que nos va a llevar a encontrarle un sentido a la vida judía para su continuidad.
Imponer la continuidad de forma vacía no va a llevar a nada más que el rechazo, mientras que comprender su esencia, poder discutirla y principalmente, tener la oportunidad de estar en desacuerdo, es lo que nos llevará no sólo a mantener la vida judía, sino que también a mejorar su nivel, a llenarnos de actividades que satisfagan las necesidades intelectuales que tenemos.
La tnua es el inicio de esta búsqueda de sentido, una búsqueda que no termina nunca, pero que aprovecha la importante base educativa que nos entrega el movimiento juvenil judío.
No sirve quedarnos en la palabrería de “luchar contra la asimilación”, debemos destruir el fenómeno de la asimilación con educación; debatir y formar judíos que estén en una constante búsqueda del sentido de qué es el ser judío.

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