El BDS contra Matisyahu y el reggae-rap

por BENJAMIN FISCHER, Est. Ingeniería Civil, PU. Católica.
Hace ya casi tres semanas, sucedió el hecho que logró llamar la atención tanto de la comunidad judía mundial como de los fanáticos del reggae-rap popular en España. Matisyahu, el artista estadounidense conocido por su fuerte ligazón con el judaísmo religioso, se vio forzado a cancelar su show en el “Rototom Sunsplash Reggae Festival”, debido a fuertes presiones de activistas a favor del BDS en la región.
Básicamente, estos exigieron al festival que como requisito para presentarse, Matthew Paul Miller (Matisyahu), debiese hacer una declaración sobre la situación en medio oriente, particularmente sobre el Estado Palestino. Al declinar, se terminó por cancelar su presentación en el festival.
A diferencia de muchos judíos, siempre he considerado al movimiento BDS, en su marco teórico por lo menos, como una herramienta legítima de acción. En contraste a la cantidad de actos de violencia en los que se involucran distintas organizaciones pro-palestinas, el boicot y desinversión puede significar una manera pacífica e inteligente de apoyar una causa. También soy de los que defiende, simplemente en su concepción, que el boicot no es necesariamente anti-semita, es una práctica que se puede llevar a cabo desde una actitud de desaprobación y no obligatoriamente de odio. Obviamente, muchos se cuelgan de estas iniciativas para abiertamente incitar al odio.
El boicot hace sentido práctico cuando desincentivas las prácticas que quieres suprimir, por ejemplo, no dar dinero a fuentes que puedan financiar al estado o las fuerzas armadas de Israel. Pero lo que se está legitimando en esta ocasión es el boicot a la cultura, el boicot al arte. Si tú organizas un festival, estás en tu derecho de invitar o no a quien consideres apropiado, es lógico. Pero bajar a un artista de un evento, despojarlo de mostrar su arte ante sus fans que con ansias lo estuvieron esperando, es censura, y aquí en Chile y en cualquier parte del mundo, censurar el arte y la cultura en el siglo XXI está simplemente mal. Eso va para pro-israelíes, pro-palestinos, o quién sea.
En esta oportunidad, el BDS sí mostró su peor cara, y nos hizo dudar de sus intenciones no discriminatorias. Le exigieron a un artista estar de acuerdo con sus posturas políticas sobre Israel para poder cantar en vivo. Matisyahu fue la víctima, sólo por su conocida y públicamente expresada participación en el mundo judío. Este episodio es vergonzoso y reprochable, y los partidarios del BDS no pueden seguir cometiendo estos errores e injusticias si pelean pretendiendo ser vistos como una causa legítima. Que siempre se respete la cultura, en donde quiera que sea, y para todos los pueblos.

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0 comentarios

  1. Estimado Benjamin Fisher-Articulo publicado en el Diario Judio:El BDS contra Matisyahu y el reggae-rap.
    Tambien a mi me sorprendio esta decision del episodio de parte de BDS. Lo mas logico y para bien de aquellos que al parecer teniamos una falsa interpretacion ideologica frente a BDS que ellos aclaren publicamente su decision.

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