Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia

por MICOL LASRY y YAEL GOODMAN, Madrijot Juventud Comunidad Benei Tikva, Buenos Aires.
24 de marzo, Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia. ¿MEMORIA. VERDAD. JUSTICIA? Tres términos bastante comunes para nuestro vocabulario. Hay muchos momentos de nuestra historia en los que hacemos referencia a ellos. Pasaron tantas cosas…
Tantas, que pareciera tan importante saberse estas palabras como sabernos el himno nacional, o la canción de nuestro equipo de fútbol favorito. Tantas, que nos han hecho estudiarlas, y las hemos repetido cientos de veces para aprobar ese examen de historia argentina, sabiendo las fechas exactas, los nombres, las historias. Tantas historias…y ¿una vez que pasaba el examen? olvidábamos, total no nos había tocado a nosotros. “Total ya estamos en democracia”, dicen algunos. «Eran otras épocas» argumentan otros. Muchos, nacidos en democracia.
¿Qué idea podemos tener de democracia? La única vivencia de falta de la misma son esas veces que mamá y papa nos ordenan algo, sin someterlo a preguntas. Sentimos que hoy en día la democracia se da por hecha, por encontrada, se subestima.
Allá por el ‘83, con la vuelta a la democracia, de la mano del presidente Raúl Alfonsín, retornaron derechos y libertades anteriormente privadas durante el gobierno militar. Y a veces nos pasa de sentir que esto es algo sin importancia para mucha gente, y no hay nada peor que ello. Es cuando las cosas pasan a ser rutinarias, cotidianas, cuando quedan en el olvido. Es ahí donde nos olvidamos lo importante que es agradecer.
Hay que agradecer que vivimos en democracia, porque la democracia no es algo casual, o algo que nos fue dado desde el cielo, es algo causal que construimos como sociedad. Agradecer que cada 24 de marzo se cumple un año más de democracia. Agradecer que, hace 35 años, los 24 de marzo no escuchamos la voz de ningún teniente general irrumpiendo a horas de la madrugada por cadena nacional. ¿Qué loco, no? Tener que agradecer el cumplimiento de los derechos, porque por mucho que esos derechos sean un invento social relativamente nuevo en la historia universal, todavía quedan muchas personas que piensan que pueden pasar sobre ellos como un dictador despótico o un rey tirano. ¿Hasta qué punto llegamos?
¿Pasado pisado? No, porque el pasado omitido y la insuficiencia de justicia lo único que hacen es amedrentar a las personas que sufrieron.
JUSTICIA. Justicia para aquellos que perdieron a sus familias. Para aquellos que perdieron a sus hijos. Para aquellos que perdieron su identidad. Justicia, por la inmensidad de derechos violados.
VERDAD. Porque se necesita valor civil para admitir un error. Parece sumamente difícil, más al rodearnos de circunstancias en las que no existe la costumbre de usarla. Hoy en día la gente, le teme a la verdad. Quizás suene utópico, pero tenemos esperanzas de que la verdad algún día saldrá a flote.
MEMORIA. Con el objetivo de tener presente los errores cometidos y las consecuencias terribles que de ellos pueden desprenderse. Memoria, de que no en todas las partes del mundo hay un régimen democrático instaurado, con derechos, pero también obligaciones. Memoria, de que hay que ser agradecidos, que nosotros hoy, tenemos la suerte de estar leyendo esto, gracias a la lucha de generaciones anteriores.
Más de 30.000 personas desaparecidas, secuestradas, torturadas, privadas de libertad, exiliadas y asesinadas. Por todos ellos, por su eterno recuerdo, y por el dolor de los que quedaron.
MEMORIA. VERDAD. JUSTICIA
Reflexión de madrijot de Juventud de la Comunidad Benei Tikva, el pasado viernes 23 de marzo en el servicio de Kabalat Shabat.

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