The Shabbos Project: Una receta para poner a la mujer “en su lugar”

por HORI SHEREM, Guía Espiritual, Comunidad Tefilat Shalom y casa joven Beit Tfilat. Est. Heschel, Seminario Rabínico Latinoamericano Marshall T. Meyer.
 
En estos días que pasaron, se llevó a cabo de manera simultánea, en Buenos Aires y otras ciudades del mundo, un evento llamado “The Shabbos Project”. Es un proyecto que surgió con el propósito de que judíos de distintas partes del mundo, aunque sea una vez por año, puedan vivenciar la experiencia del Shabat.
Es una propuesta que se presenta con la idea de crear espacios cálidos, que contribuyan a re-conectarnos con nuestra herencia milenaria y así recuperar las tradiciones de nuestros antepasados. Pero: ¿Todas las tradiciones tienen la misma relevancia? ¿Cuál es la tradición que The Shabbos Project pretende recuperar? ¿El amasado de jala, el encuentro entre mujeres, el pedido de bendiciones?
Si bien actividades como éstas generan una buena oportunidad para el encuentro de abuelas, madres, nietas y amigas, lejos se encuentra The Shabbos Project de emular, aunque sea a nivel local dentro de la comunidad judía, por ejemplo, el Encuentro Nacional de las mujeres. De todas las tradiciones judías que podríamos “buscar recuperar”, el amasado de jalá debería ser una de las últimas opciones, frente a bikur jolim (visitar enfermos), hajnasat orjim (hospedar), o otras tantas mitzvot.
De todas, eligieron una que responda a prácticas de la corriente ortodoxa del judaísmo en donde la mujer tiene un rol particular, ideas que no corresponden con la concepción de judaísmo que tenemos los que trabajamos para construir comunidades judías liberales e igualitarias.
Sin embargo, el evento se llenó, y no precisamente de mujeres adherentes a corrientes ortodoxas del judaísmo, sino todo lo contrario; ¿Qué nos pasa como comunidades liberales cuando vemos personas que en su vida cotidiana no tienen un estilo ortodoxo y concurren a proyectos como éstos?
Dentro de nuestra tradición, y sobre todo en los sectores más fundamentalistas, sigue habiendo mecanismos a favor de reproducir ciertas prácticas que abonan a construir estereotipos de género, y el amasado de jala para mujeres es uno de ellos. Disfrazado de un evento imponente, lo único que nos dice es que para ellos el rol de la mujer en el judaísmo es en la mesada de la cocina.
En nuestra historia milenaria, la mujer judía de todas las épocas, siempre tuvo un rol preponderante. Miriam, hermana de Moshe, líder del pueblo que proclamaba el poder y la fidelidad de Dios y lo alentó a seguir adelante en la travesía del desierto cuando ya no podía más, trayéndole pasión. (Éxodo 15). Mijal, la hija del Rey Shaul, al igual que las hijas de Rashi, nos cuenta el Talmud que se ponía tefilín y los sabios nunca protestaron. (Eruvin, 96a) Bruria es otra que participaba de las acaloradas discusiones rabínicas y muchas veces era ella quien resolvía el debate en cuestión, elogiados sus comentarios por todos los rabinos. (Tosefta Kelim Kamma 1:3) Golda Meir, primer ministra de Israel. primera mujer en Israel y segunda en el mundo en asumir tan alto cargo.
Podría nombrar a tantas mujeres que mantuvieron vivo al judaísmo a través de la historia. Pero lamentablemente siguen existiendo métodos como éstos, a favor de reproducir estereotipos de género. Ofrecerle a la mujer actual un amasado de jalá es desmerecerla y desvalorizarla.
Considero que no deberíamos recuperar todas las tradiciones de nuestros antepasados, sino aquellas que contribuyan a generar una sociedad de igualdad de derechos y oportunidades. 
Sería bueno generar un encuentro útil, constructivo, que trate la problemática específica de las mujeres en el judaísmo, que todavía siguen sufriendo una marcada discriminación en la sociedad en general, y en las comunidades en particular.
Estos eventos deberían ser para que en el encuentro con el otro intercambiemos nuestras vidas, experiencias y problemas individuales, y juntos cambiar nuestras vidas, y sobre todo preguntarnos: ¿Qué tipo de comunidad queremos construir?

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Un comentario

  1. resulta q hafrashat jala (separando un pedazo de la maza para designarlo espiritualmente como propiedad divina) es una mitzva q los sabios del Talmud interpretan como una mitzva q le coresponda a la mujer. hay muchas razones porq es asi, pero el punto es q no tiene nada q ver con la desvalorization de la mujer, justo lo contrario

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