El 8 de marzo nunca ha sido un día más
por GALIA JUSID, activista COFEJJ, Coordinadora Feminista de Jóvenes Judías.
El 8 de Marzo nunca, desde que tengo memoria, ha sido un día más para mí. Porque cuando era chica y era 8 de Marzo los profesores abrían la puerta de mis profesoras y les decían “Feliz día de la Mujer”, e incluso algunos años los profesores además les daban flores. Porque antes de que fuera 8 de marzo, toda la agencia publicitaria se encargaba de alarmarme sobre los descuentos que iban a haber el día de la mujer.
El 8 de Marzo nunca, desde que tengo memoria, ha sido un día más para mí. Porque ya como mujer adulta, cuando estuve en Israel un año, mis amigas (en su mayoría) brasileras hicieron asambleas y se manifestaron porque era el día de la mujer. O porque en mi primer año de universidad, mis compañeras y compañeros de carrera convocaron a paro para poder reflexionar y protestar tranquilamente por el día de la mujer, o porque ese día en el grupo de whatsapp de mi familia, alguien nos dijo: “Feliz día de la mujer”, y mi prima contestó “Hoy no decimos feliz día de la mujer, decimos ánimo compañera”. Tampoco fue un día más cuando fui con mi mejor amiga y más mujeres judías a mi primera marcha a protestar, sacar fotos, mirar, gritar, pensar y a vibrar porque era el día de la mujer. Luego, se sumó mi mamá.
El 8 de Marzo nunca, desde que tengo memoria, ha sido un día más para mí. Pero muchas, muchísimas cosas han cambiado en mí y en mi entorno desde los primeros hasta hoy. Y hoy es 8 de Marzo y yo quiero estar en la calle, sin polera, con mini falda, con mi pañuelo verde y morado, de la mano de mi mamá, de mi mejor amiga, de todas mis amigas que me dijeron durante el 2020 que este año me iban a acompañar, de la mano de mis tremendas e incondicionales compañeras feministas judías, rodeada de todo el resto de millones de mujeres que me acompañan y cuidan ese día. Pero hay una pandemia y todo va a ser muy distinto.
Celebro el 8M porque estoy segura que hoy somos más que ayer luchando por la igualdad que merecemos las mujeres, porque somos más que ayer las que no aguantamos el acoso físico, verbal y psicológico, somos más que ayer, y estamos más unidas que nunca. Celebro el 8M porque gracias al 8M, gracias al shock que me produjo ver a mujeres sin polera en las calles, mi cabeza le puso nombre a muchas cosas de mi educación que antes nunca lo tuvieron. Gracias al 8M y a que llenamos las calles, me siento acompañada.
Conmemoro el 8M porque nos siguen matando, violando, menospreciando, acosando, nos siguen diciendo histéricas, FEMINAZIS, exageradas, comunistas… Nos siguen quitando nuestros espacios seguros, USTEDES nos siguen quitando amigos y amigas, familiares, porque no quieren abrir los ojos, la cabeza, las orejas y el corazón. Porque quieren que hablemos con sus términos, si no, somos extremistas, somos hembristas.
Y me duele que no te sientas parte, no me duele que pienses distinto a mí, me gustaría que conversemos pero que tú me respetes y escuches con mis términos, así como yo te voy a escuchar a ti.
Quiero que me escuches si digo todes, igual como si te estuviera diciendo todos, porque ya no encuentro chistoso ni ridículo el idioma inclusivo. Quiero que me escuches si digo todes porque, si antes le tenía terror a que me estereotipes, hoy me siento orgullosa por decirlo. El idioma inclusivo NO es chistoso; es polémico, incómodo, raro, nuevo, distinto, pero no chistoso.
Funar no es divertido ni agradable. Funar no es salirte con la tuya ni querer tomar la justicia por tus propias manos. Cuando funamos, no siempre nos creen, o no siempre lo hacemos de forma responsable. Incluso a veces, cuando funamos no siempre decimos la verdad. Pero cuando funamos, SIEMPRE estamos buscando ayuda. A mí no me gustan las funas, no me gusta cancelar a las personas, me gustan las sociedades que educan y conversan, PERO todavía no nos escuchan.
Cuando funaron a tu amigo porque se violó a alguien y tú crees que eso es completamente imposible, te entiendo. Tú crees que tu amigo no violó a nadie. Pero, sabes que tu amigo estaba en la cama de una mujer inconsciente, acosándola, manoseándola, y eso NO puede ser. No la violó, pero estaba en su cama o en el baño o en la pista de baile tocándola, dándole besos, teniendo interacciones sexuales SIN SU CONSENTIMIENTO. Y eso lo sabes. ¿Tienes que dejar de ser su amiga/o? Yo creo que no necesariamente porque tu amigo te necesita para cambiar. Porque nos necesitamos para cambiar y porque las mujeres necesitamos que los hombres cambien. Entonces no lo canceles. Pero ayúdalo a que cambie. No queremos más funas. Cambien antes que los funen. Cambien antes de acosar a alguien. Antes de pegarle a una mujer, antes de agredirla. CONVERSEN entre amigas y amigos, ¡y cambien!
No me digas feminazi, ni aunque seas mi amiga ni aunque seas mi amigo. Ni aunque no te esté escuchando. A mí especialmente, por favor no me digas feminazi, porque soy judía y los nazis mataron de forma sistemática a 6.000.000 de personas judías. El movimiento feminista no quiere exterminar a nadie. No le digas a nadie feminazi.
No celebré el aborto libre en Argentina porque estoy celebrando abortar. Celebré porque las mujeres Argentinas tienen el derecho de ELEGIR si quieren abortar. Creo que nadie quiere abortar. Creo que todas las personas que abortan necesitan abortar y ni yo ni nadie es alguien para juzgar las razones por las que esa persona necesita hacerlo. Creo que la mejor forma para que no hayan abortos es educando, pero educar es un proceso lento, y mientras no quiero que sigan muriendo más mujeres en abortos clandestinos.
Feliz día de la mujer, sin flores. Feliz día de la mujer con abrazos sororos con o sin distanciamiento social. ARRIBA LAS QUE LUCHAN. Sigamos apoyándonos, cuidándonos, queriéndonos y haciéndonos escuchar. Por las que no están. Por las que están.