Frente al Antisemitismo de Jadue: Boric Presidente
por VICENTE FLEISCHMANN, Est. Derecho, U. de Chile.
Estas últimas semanas han sido históricas. Vimos una escalada más de violencia y guerra como las peores que han ocurrido en el siglo XXI entre Israel y el Hamas. Y una vez más, alrededor del mundo ha resonado la defensa a la causa palestina con fuerza, generando manifestaciones en grandes capitales. Pero estas marchas por una justa reivindicación de los derechos de los y las palestinas se han volcado a la violencia hacia las comunidades judías locales, personas inocentes violentadas por el sólo hecho de ser judías, haciendo brotar el antisemitismo en países supuestamente “modernos y democráticos”.
En Chile, la marcha pacífica por Palestina que convocó la comunidad palestina, terminó con el frontis del Estadio Israelita destrozado, con sus vidrios rotos, y es imposible como judíos no sentir escalofríos al recordar La Noche de los Cristales Rotos en la Alemania nazi ese horrendo 9 de noviembre del ’38, donde la violencia y discriminación hacia el judío era totalmente legitimada por la sociedad. ¿Está el antisemitismo legitimado en la moderna sociedad chilena?
Estas últimas dos semanas también han sido históricas para la democracia de nuestro país. El fin del clásico eje político derecha-izquierda de los últimos 30 años. La elección con las papeletas más grandes de nuestra historia, y probablemente la más importante: quienes escribirán la hoja de ruta y el pacto social que guiará al país en el próximo período histórico. Fueron resultados sorpresa que ningún analista veía venir, pero ahora que lo vemos, parecen de total sentido común.
La lista única de la derecha “Vamos por Chile” obtuvo sólo 37 escaños en la Constituyente, muy por debajo de los 52 que esperaban para obtener su tercio de veto. La lista “Apruebo Dignidad” conformada por el PC y los partidos del FA, lograron 28 escaños, un triunfo para un bloque que muchas veces se le creyó divido o con falta de madurez. La “Lista del Apruebo”, la ex Concertación, logró 25 escaños, cayendo fuertemente como conglomerado. Y los movimientos independientes, como INN y La Lista del Pueblo, fueron la gran sorpresa de la noche: obtuvieron los otros 50 escaños (sin contar en este cálculo a los escaños reservados, que aún se desconoce su afinidad política).
Los presidenciables no tardaron en reaccionar. La derecha inscribió una primaria con sus cuatro candidaturas, pero no hay que ser adivino para saber que si la segunda vuelta fuera este fin de semana ninguno de ellos tendría chance de ganar. Los candidatos de la ex Concertación vieron que no tenían muchas oportunidades en una primaria, por lo que decidieron unificarse en Paula Narvaez. Esto le costó la primaria amplia al PS, por un veto ejercido por la alianza PC-FA por “diferencias ideológicas” con el PPD y el Partido Liberal. PC y FA afirmaron cada uno sus candidatos en Daniel Jadue y Gabriel Boric, respectivamente.
Nuevamente, nos toca elegir el mal menor. La Comunidad Judía se relaciona y apoya más hace ya varios años a los candidatos y sectores de derecha, pero en este nuevo escenario político, debemos actuar distinto: poner nuestros esfuerzos en el candidato del Frente Amplio Gabriel Boric. El riesgo que supone la enorme posibilidad que tiene Daniel Jadue de ser el próximo presidente de Chile es gigante. Y a pesar de ser un político muy hábil, que ha sabido representar a una población cansada, también ha sido la cara del antisemitismo institucional en Chile.
Desde sus inicios como un militante de la OLP, pasando por sus debates en Tolerancia Cero, sus dichos esparcen mentiras sobre Israel y eslóganes de la causa palestina, incluso desarrollando retóricas antisemitas famosas y antiguas como la del libro los Protocolos de los Sabios de Sion al promover prejuicios como que los medios de comunicación son controlados por un complot sionista judío mundial. Su incapacidad de nombrar a la Comunidad Judía de Chile por su nombre e insistir en llamarla la Comunidad Sionista, y su constante hostigamiento a los judíos en Chile de reconocernos como espías sionistas, como agentes del Estado de Israel o como soldados del ejército en reserva. Además, a Jadue se le hace imposible reconocer a Israel como una nación soberana, al margen de la existencia de Palestina, Cisjordania o Gaza.
En Chile, está en riesgo la democracia cuando como sociedad depositamos la violencia hacia un grupo específico, y caemos en el fascismo. En cualquier país moderno y democrático, sería impensable que un conocido antisemita sea el más sólido candidato a presidente, pero en Chile el descontento social es tan grande, el antisemitismo tan arraigado en la sociedad y la imagen de Israel en el conflicto tan negativa, que el antisemitismo de Jadue pasa desapercibido. Si no queremos que el próximo Presidente sea un antisemita que canalice el descontento de las masas en violencia hacia los judíos y judías en Chile, debemos actuar, apoyar y poner nuestro voto en Gabriel Boric en las próximas primarias.
Foto: Agencia Uno.
Efectivamente, habrá que votar por el mal menor, en las primarias. Pero, independientemente de aquello, la Comunidad está cada vez con mayor fuerza participando en la sociedad, ya sea firmando convenios Científicos ( tecnología satelital hoy mismo) , creando bibliotecas en sectores marginales ( Lo fomenta el I. Hebreo), entregando ambulancias e insumos médicos (en algunos hospitales y Cesfam). Se están haciendo cosas para visibilizar a la Comunidad como un actor relevante en el desarrollo del país. Es cierto que el antisemitismo es duro, arraigado y milenario, pero no. estamos paralizados , y nos movemos, y nos hacemos sentir. Ya no están los tiempos de tolerar en silencio los actos de judeofobia. Hasta hay congresistas que apoyan nuestra causa.