Teletón, jugando a ser generosos

por BENJAMIN ALALUF, Est. Recursos Humanos, U. de Ciencias Empresariales y Sociales. Est. Seminario Rabínico Latinoamericano Marshall T Meyer.
 
Me gustaría que no existiese la Teletón, esta hermosa cruzada de amor que dura 27 horas y “une” a los chilenos en una sola causa para ayudar a niños y adultos con discapacidad física. Hoy en día son muchos los que aparentemente piensan como yo, ¿por qué?
Este fenómeno se viene dando hace ya bastantes años, pero cada vez se acentúa más, formándose campañas que pretenden mostrar lo “sucio” que hay en el emprendimiento que inició Mario Kreutzberger hace poco más de 35 años, a través de críticas a la jornada, a él mismo, a los intereses de las empresas, etc. Por otro lado, se suma el reclamo de quienes alegan que debiese ser el Estado el que se haga cargo del tratamiento de los discapacitados, siendo su responsabilidad. Y además, la ONU declaró que la Teletón convierte a los niños con discapacidad en estereotipos de caridad.
Todos los argumentos expuestos son cada vez más esgrimidos por la población, transformando la imagen de la Teletón en una especie de mafia donde sólo ganan unos pocos y lo hacen engañando a todos los chilenos. Medios de prensa principalmente izquierdistas, como El Ciudadano, constantemente difunden “noticias” en las que “informan” a la población sobre las conspiraciones que se tejen alrededor de esta campaña. Por supuesto, sus adeptos aceptan lo que dicen sin cuestionamientos. Lo más lamentable para nosotros, es la injusta relación que hacen muchos entre la figura de Don Francisco y el judaísmo/sionismo, llegándose a dar declaraciones tan absurdas y bizarras como que se desvían fondos para el Estado de Israel.
No es mi propósito objetar cada una de las idioteces que se vienen diciendo hace un tiempo, no pasa por lo racional creer o no estas teorías, sino por la dimensión emocional donde la moda de la izquierda y los progresistas es oponerse a esta campaña. Tremenda hipocresía e incongruencia de quienes hablan. Quieren que el Estado se ocupe, pero a nivel humano ¿qué pasa? ¿Nos estamos sacando de encima nuestro deber de ayudar y hacer lo que es justo? Quienes reclaman que la plata va para los empresarios, ¿acaso los centros no existen? ¿Es todo un montaje que se distribuye entre los animadores, los publicistas, Mario Kreutzberger y el Estado de Israel?
Efectivamente la Teletón es un show, nadie lo niega, un espectáculo televisivo con un fin concreto que por medio de un “juego” de llegar a la meta, incentiva a los chilenos a dar plata durante todo el día. De los “jugadores”, no hay muchos donantes regulares que den de forma constante durante el resto del año, por lo que efectivamente la Fundación Teletón vive de este evento. Es lamentable y vergonzoso que tengamos que “jugar” para meter la mano al bolsillo, pero peor es que tengamos la cara de criticar el único momento en el que damos. Lamentablemente, así estamos configurados: necesitamos el llamado de un juego público.
Para la fundación ELA, el balde de agua, que paradójicamente también fue criticado de todas las formas posibles, fue una bendición. Ahora bien, Unicef, el Cuerpo de Bomberos, fundaciones de niños y ancianos, orfanatos, entre muchos otros, ¿qué tanto reciben? ¿Es responsabilidad del Estado también? Ayudar al que duerme en la calle con algo para comer, ¿tiene que intervenir el Gobierno también?
Parece ser que no queremos dar, como si no fuese nuestra responsabilidad. Si no nos gustan las 27 horas de amor, todo bien, pero entonces seamos conscientes y demos durante el año. Unicef tiene la opción de adherirse por débito automático y así dar una cantidad fija todos los meses. Las fundaciones tienen infinidad de actividades para recaudar. Las personas sin techo no se han movido de su lugar, porque no tienen ningún lugar donde moverse.
Si queremos cambiar el concepto de caridad por el de justicia, me parece espectacular, pero primero demos y luego sintámonos con el derecho de criticar. Después de 35 años, es absurdo que la Teletón siga siendo necesaria para el sostenimiento de la Fundación.

Publicaciones Similares

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *