Condena turca del sionismo como crimen contra la humanidad.

por ARIEL BOHORODZANER, Est. Derecho, U. de Chile. Presidente de la Federación de Estudiantes Judíos.

El primer ministro de Turquía, Recep Tayyip Erdogan declaró en el quinto foro de la alianza de las civilizaciones en Viena que: «Al igual que el sionismo, el antisemitismo y el fascismo, es inevitable que la islamofobia deba ser considerada como un crimen contra la humanidad».

Es sorprendente como se siguen sumando gobernantes del Medio Oriente a este tipo de retórica absolutamente despreciable y falaz. Este discurso lamentablemente no es nada novedoso y deviene de la misma infamia que la resolución de la ONU 3379 de 1975 que declaró que el sionismo es racismo, auspiciada por el bloque socialista, la Liga Árabe y los países no alineados (la cual es la única resolución de la ONU que ha sido derogada). En palabras de Jaim Herzog «Esta resolución está basada en odio, falsedad y la arrogancia, está desprovista de todo valor moral o racional»

La contradicción absurda de calificar el sionismo como racismo o como un crimen para la humanidad queda de manifiesto, en primer lugar, al observar los gobiernos tiránicos que están detrás de ella, al condenar a uno de los países más libres del mundo y con la mayor diversidad racial. Pero también, al no entender que el sionismo no es más que el movimiento político que busca establecer y mantener un hogar nacional para el pueblo judío en su tierra ancestral.

El tratar de manipular ese concepto para promover los intereses de los países vecinos y de los palestinos, que no han querido reconocer el derecho del pueblo judío a auto determinarse en su tierra milenaria, o reconocerlos de por sí no como una nación sino como una religión (a pesar del vínculo histórico, cultural y territorial que cohesiona al pueblo mucho mas allá del vínculo religioso), genera un sin sentido enorme, ya que por un lado, niegan el derecho inherente de toda nación a auto determinarse, y por otro lado, acusan que ese deseo por parte del pueblo judío es racista y/o criminal, a pesar de que dentro del estado de Israel se consagran las libertades individuales para todos sus ciudadanos como en ningún otro lugar de Medio Oriente.

La declaración del primer ministro de Turquía es esencialmente racista, al llamar el derecho del pueblo judío a auto determinarse como un crimen contra la humanidad.

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