Construyendo Kehila en la inclusión del Gay
por GUSTAVO MICHANIE, Respresentante Judíos Argentinos Gay (JAG).
Sabemos que para poder construir un edificio, necesitamos muchas herramientas adquiridas a lo largo de nuestra historia. Cuando hablamos de construir una familia, todo aquello que fuimos aprendiendo en nuestras vidas, sirve para poder armar la nuestra.
Si hablamos de Construcción Comunitaria, entendemos que la aceptación de los otros es parte del crecimiento propio y común, para poder ser comunidad necesitamos los unos de los otros. En la génesis de toda comunidad, como en una colmena, todos tienen roles de acuerdo a su naturaleza y ninguno, aun teniendo el papel menos importante, deja de ser un precioso engranaje.
La orientación sexual no se elige, se nace y está en cada uno de nosotros hacerse cargo de la misma y vivirla con dignidad y respeto, más aun si esta orientación resulta minoritaria dentro de la comunidad.
Hoy los nuevos paradigmas de familia, como en aquellas en los que hay dos mamás o dos papás, no surgen de un capricho ni de una concepción intelectual, sino que salen a la luz y su existencia es ratificada a través de leyes que reconocen los derechos de estas uniones que siempre han existido.
Desde JAG, hemos establecido lazos que antes no existían porque muchos de sus miembros, por sus diferencias, no se sentían parte de la comunidad. Esto nos enseñó y nos demostró una lección aplicable a cualquier instancia de diversidad.
Hoy, dentro de nuestras kehilot, avanzamos hacia el camino de seguir construyendo espacios seguros y pluralistas donde todos son bienvenidos, aprendiendo y enseñando que la diversidad está en el mismo lugar donde habitamos, en el mismo lugar donde enseñamos, en el mismo lugar donde rezamos.
