Libertad de Oración: la Lucha y Discriminación de las Mujeres del Muro.
por JAIE MICHELOW. Arqueóloga, U. Chile.
En el contexto del Medio Oriente se considera a Israel un oasis; la única democracia de la región, donde se garantiza la libertad de culto de todos sus ciudadanos, donde se respeta y preserva los lugares sagrados para las tres principales religiones monoteístas. Los turistas cristianos que viajan año a año en peregrinación a Jerusalem ejercen con plenitud sus derechos, así como lo hacen los ciudadanos árabes israelíes en las elecciones públicas.
Lamentablemente, los privilegios que la Declaracióndel Establecimiento del Estado de Israel propone, no están garantizados en forma igualitaria para todos sus ciudadanos[1]. Existe un grupo de personas, ciudadanos judíos de un estado judío, que no pueden elegir libremente dónde y cómo rezar, sus oraciones y su presencia es considerada una ofensa, una provocación, e incluso, un acto ilegal… ellas son las Mujeres del Muro.
Las Mujeres del Muro (Nashot ha Kotel) es una agrupación de mujeres judías progresistas que defienden su derecho a rezar juntas y en público junto al Muro de los Lamentos, su reclamo incluye poder leer la Torah, rezar en voz alta, rezar cantando y poder usar talit y tefilín si lo desearan. El grupo, que se reúne regularmente con ocasión de Rosh Jodesh, convoca mayoritariamente a mujeres de la corriente reformista. Sin embargo, a medida que su caso (o su causa) alcanza mayor notoriedad, mujeres de la corriente conservadora (masortí), hombres judíos de tendencias liberales y moderadas, e incluso rabinos ortodoxos en contadas excepciones, han decidido unirse a este minyán femenino para apoyar con su presencia el derecho básico de libertad religiosa que este grupo de mujeres no puede disfrutar.
¿No era Israel la única democracia en Medio Oriente? O es acaso que lo comparamos con realidades tan extremas (como Irán o Arabia Saudita) que nos lleva a considerar que los derechos ciudadanos a la fecha no requieren de revisión o avance?
El derecho a asamblea pública, a orar según la propia libertad de conciencia, a usar la vestimenta que se desee y a cantar en voz alta son verdaderamente derechos básicos inalienables en el marco de una sociedad moderna y democrática. El pueblo judío ha experimentado en su historia innumerables casos de discriminación en los cuales estos derechos se han vulnerado, estamos conscientes de ello. Las comunidades judías de la diáspora somos sensibles a las regulaciones religiosas de cada uno de nuestros países; lamentamos y sufrimos cada uno de los casos en que una comunidad judía no se puede reunir a rezar y alzamos la voz si oímos de algún correligionario que fue apedreado por llevar kipá por la calle. ¿Cuál es la diferencia con las Mujeres del Muro?
Desde 1988 este valiente grupo de mujeres se congrega junto al Muro Occidental, en la sección asignada a las mujeres, donde rezan en voz alta y cantan sin realizar ninguna acción violenta… pero sus voces constituyen una provocación para algunos hombres en la otra mitad del muro; el llevar un talit o leer la Torah se consideran inadmisibles. La intolerancia es justificación para insultos constantes, empujones, intervenciones directas y físicas para frenar ese instante de oración que debiera ser pacífico y espiritual.
Los reclamos contra las Mujeres del Muro han sido transmitidos a las autoridades;la Alcaldíade Jerusalén ha propuesto disponer de un área más retirada para conducir las oraciones: el Arco de Robinson (cercano al Muro Occidental, pero fuera de la explanada). El grupo ha rechazado esta propuesta pues reclaman el derecho a rezar en el lugar de oración de sus ancestros, además de considerar al Muro Occidental patrimonio de todo el pueblo judío y no propiedad exclusiva de una corriente religiosa.
Se han interpuesto demandas civiles que han alcanzadola CorteSupremade Israel, la mayor parte de los fallos ha sido hasta el momento pro-ortodoxo; aquellos fallos que favorecen los derechos de las Mujeres del Muro han sido objetados y revocados. El año 2000la CorteSupremaacogió la propuesta dela Alcaldíade trasladar las ceremonias de las Mujeres de Muro por considerarlas un “riesgo para población” y dictaminó que mientras no se acondicione adecuadamente el Arco de Robinson, el grupo podría continuar rezando en la explanada del Muro Occidental. Una enmienda al dictamen indica que las Mujeres del Muro pueden orar en la explanada del Muro Occidental, siempre que no lean la Torah y no vistan talit.
En los últimos 10 años la situación se ha hecho más tensa, de modo que las oraciones de las Mujeres del Muro deben ser acompañadas de custodia policial; pero no para protegerlas de insultos o violencia física, sino para resguardar el derecho de otros a no verlas… pues su presencia es una provocación. Generalmente la policía se limita a observar y actuar de mudo moderador, excepto cuando es presentada una queja por parte de los sectores ultra-ortodoxos; en esos casos, haciendo cumplir la ley, la policía interviene y arresta a las mujeres que vistan talit o lean la Torah.
El discurso ortodoxo corona a la mujer con una serie de virtudes y privilegios espirituales mientras se la segrega de los espacios públicos de acción y discusión. En múltiples casos esta perspectiva corresponde a una elección personal, íntima y privada, por supuesto respetable. El problema real es cuando las decisiones personales buscan ser impuestas sobre otros individuos, sobre otros sectores de la sociedad, segregando grupos privilegiados y otros discriminados.
El Muro de los Lamentos es un lugar histórico de alta significación universal, simboliza no solo una tradición ancestral, sino la capacidad de perdurar y de sostenerse ante la adversidad. Este lugar tan sagrado representa la libertad del Pueblo Judío, que pudo regresar a orar allí después de casi dos mil años… los derechos de las Mujeres del Muro son los mismos, ni más ni menos, que los derechos del resto del Pueblo Judío.
Referencias Sugeridas:
Declaración de Establecimiento del Estado de Israel.
Nashot ha Hotel / Women of the Wall.
Youtube – Western Wall Women
http://www.youtube.com/watch?v=3AOvDE5Y5Ao
[1] En esta ocasión no me referiré a la relación entre el Estado de Israel y aquellos que no son ciudadanos.
