Inequidad y Desigualdad en la Construcción del Brasil del siglo XXI.

por FELIPE LACS SICHEL, Est. Economía, U. Federal de Rio de Janeiro (UFRJ), Brasil. Pehil  Hashomer Hatzair Rio.

En el momento en que empiezo a escribir este texto quedan exactamente 999 días para el inicio del mayor evento de los últimos años a ocurrir en Brasil. Seremos, por primera vez desde 1950, sede un mundial de fútbol. En la misma semana donde se empezó el conteo regresivo, nuestra Presidente (la primera mujer elegida Presidente de Brasil) ya había demitido, en nueve meses de gobierno, a cinco ministros con distintas acusaciones de corrupción. Al mismo tiempo, otros tantos están siendo acusados de otros fraudes y los obreros que trabajan en la reforma del Maracanã (el ex mayor estadio de fútbol del mundo) cruzan los brazos en la tercera paralización desde el principio del año. Y así vamos escribiendo la historia de este país que se olvida del pasado y del presente, soñando solamente con el futuro.

En una clase reciente, mi profesor hablaba admirado sobre las distinciones entre nosotros brasileños y los otros países del cono sur. Dijo que, mientras nosotros en los domingos de sol íbamos a ver el fútbol, ellos (argentinos, chilenos y uruguayos) iban a los parques de la ciudad para leer. Quizás sea un imagen un poco idealizada, pero cuando se vive en un país pasivo como Brasil, no podemos dejar de admirar las protestas sociales que ocurren en otros lugares de nuestro continente. Más evidentes, claro, las protestas estudiantiles en Chile. Después de casi dos meses de protestas, finalmente se pudo descubrir algo de ellos en los medios de comunicación centrales brasileños.

Motivados por las demostraciones sociales y por la rabia creciente, los brasileños planearon también sus marchas. Al día 7 de septiembre, feriado de la independencia retrasada de Brasil, se lanzaron a las calles millares de manifestantes en distintas ciudades del país. Pero acá en Rio, ciudad símbolo de Brasil (tanto por las playas, como por el carnaval y, obviamente, por tener una tropa de Elite), no hubo ninguna demostración. Así, dos semanas más tarde intentaban realizar otra, buscando juntar más de 4000 personas en frente a la Asamblea de la región de Rio. El resultado: nada. Algunas fotos en los periódicos online, ninguna en los medios convencionales.

Los motivos para la pasividad son varios. De cualquier manera, es necesario decir que hay una relación de dos caminos entre el individuo y la sociedad. La prensa convencional está controlada solamente por una gran empresa en todo el país. Somos el mayor país del mundo donde la misma compañía controla el mayor canal de televisión, las mayores radios y el mayor periódico. Sobre ese tema, vale la pena asistir al documental “Muito além do cidadão Kane”. Los derechos de exhibición de la película en Brasil son, obviamente, de Rede Globo.

Hace veinte años empezamos El proceso de liberalización económica. Al final del últimos siglo llegamos a lo que probablemente es el mayor sueño de todos los grandes rentistas del país: nuestra tasa de interés era la mayor del mundo. Actualmente tenemos una tasa todavía de 12%. No debería sorprendernos que el desarrollo industrial, que debería ser la base del desarrollo socio-económico del país, este estancado.  En una bizarra inversión de prioridades económicas, estamos orgullosos de ser el mayor productor mundial de soya y carne roja. Parece que se nos olvidó lo que pasó cuando un día fuimos los mayores productores de café.

A nivel político, las perspectivas tampoco son estimulantes. El desorden del gobierno, la incapacidad administrativa, la burocracia extensa y los innumerables acuerdos intrapartidarios para la formación de la base de una nueva clase política interesada más en distribución de cargos y beneficios que en prepararnos para los grandes eventos de los próximos años, hablan por sí mismo.

En la época de la dictadura militar brasileña era común el slogan: “Brasil, ame-o ou deixe-o”. Ahora, en la época de la democracia lo cambiamos por: “Brasil, país do futuro”. Me pone triste pensar en la cantidad de veces que entregamos nuestras mayores oportunidades en vano. Recientemente, después de enormes manifestaciones populares, fue enviado al congreso nacional el proyecto “ficha limpa”, que impedía la candidatura de quien tuviera contra si alguna clase de acción judicial indefinida. Obviamente, el proyecto no le agrado a los corruptos, pero después de mucha movilización se logró aprobarlo. Solamente para que algunos meses después el Supremo Tribunal Federal lo definiera como inconstitucional respecto a las elecciones del último año. Nos quedamos, otra vez más, entregados al juego político.

Los ejemplos podríamos seguir nombrándolos en una lista enorme de absurdos diarios. Es inevitable que la mayor parte de las expectativas sean por obras del mundial y de las Olimpiadas venideras. A Latino América le pido que por favor no nos copien en nada a Brasil, país que transborda la alegría de los meses del principio del año y, en los otros diez se queda amargado tratando de vencer a todo lo roto que nos rodea. Como país del futuro, estamos mal construyendo uno de los más desiguales, y sin duda, uno de los top-10 más corruptos.

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