Memoria Circo: reflexiones sobre el trabajo de la memoria en las familias circenses.

por ILAN OXMAN, Antropólogo Social. Director Memoria Circo, www.memoriacirco.cl

Como antropólogo me he dedicado a la investigación de los circos tradicionales en Chile, liderando una serie de trabajos que me han permitido recolectar material valiosísimo y ponerlo a disposición del público por medio de publicaciones, muestras fotográficas, un sitio weby otras plataformas.

El concepto de memoria en el campo que he venido trabajando aparece de manera central, pues desde un comienzo me enfrenté a una temática poco estudiada en Chile y con escaza información sistematizada. En este sentido la memoria surge como la ausencia de registros formales y sistemáticos sobre un tema en particular, concretamente el circo tradicional, quienes poseen una memoria colectiva digna de rescatar.

Han sido varios años desde la primera vez que me acerqué a los circos chilenos, queriendo saber un poco más sobre su historia y buscando conocer en persona a quienes están detrás de las narices de payaso y los trajes de lentejuelas. Al igual que muchas personas, tenía una vaga impresión de la estructura familiar que opera en los circos, en las cuales las compañías están formadas por parientes próximos que generación tras generación aprenden y reproducen el legado iniciado por sus antepasados.

Sin embargo, nunca imaginé la profundidad de las raíces circenses y la pasión con la que los protagonistas de esta historia han llevado su espectáculo a los confines más remotos de Chile, Sudamérica y el mundo por más de 180 años. La historia del circo en Chile comienza con artistas y empresarios extranjeros que llegan al país con sus espectáculos, en un comienzo con circos de equitación y luego con otros animales y destrezas circenses; a los cuales se fueron sumando artistas locales que luego crearon sus propias compañías. Esta situación marcó el desarrollo del circo durante el siglo XIX, consolidando a lo largo del tiempo una comunidad local de artistas circenses que terminó por convertirse en una gran familia nacional, nombre que hace casi dos años le dimos a la primera publicación sobre la materia “La Gran Familia: una gira por el circo chileno”[1].

Las dinámicas internas del espectáculo circense han creado verdaderos linajes de artistas que profundizan determinadas técnicas durante generaciones, logrando resultados increíbles en cuanto a sus capacidades físicas, así como un conocimiento profundo sobre los mecanismos del humor, manejo del público y puesta en escena de un espectáculo que cautiva a niños y adultos por igual.

El trabajo de investigación se ha centrado en dos grandes ámbitos. El primero y principal han sido las familias circenses, quienes nos abrieron las puertas de sus hogares y amablemente compartieron con nosotros sus maravillosos registros visuales, acompañándolos con sabrosísimas historias sobre sus aventuras, viajes, amores y vida en el circo. El segundo ámbito fueron los archivos públicos, desde donde pudimos extraer testimonios del circo en Chile durante el siglo XIX, época a la cual la memoria oral no alcanza a llegar con tanta nitidez.

El trabajo ha sido realizado en contacto directo con miembros de la comunidad circense, visitándolos en sus hogares y carpas, participando de instancias sociales como el campeonato anual de fútbol circense, la romería en el cementerio general y viviendo el período de gira junto a diferentes circos. En este sentido se hace interesante compartir aspectos relativos al trabajo de la memoria de un grupo específico como objeto de estudio, lo que nos enfrenta a una serie de problemáticas concretas en cuanto a la ejecución de la investigación y particularmente en torno al establecimiento de confianza con nuestra contraparte, las familias del circo chileno.

Durante los últimos años, el circo se ha convertido cada vez más en un tema de interés público, suscitando una serie de investigaciones. Son numerosos los periodistas que llegan a los circos buscando historias para dar cobertura en prensa o estudiantes que necesitan hacer un trabajo para la universidad, lo que genera cierto desgaste en los entrevistados debido a la recurrencia. Esto redunda en que muchas veces los artistas de circo terminen enviando “por el desvío” a muchos de aquellos que se acercan a conocer más sobre sus vidas. Este factor termina por generar una escala en la profundidad de la información entregada, con las diferentes iniciativas de investigación tocando diferentes niveles de profundidad de acuerdo a los objetivos planteados y los niveles de confianza establecidos.

Esto se fundamenta en gran medida sobre una experiencia con un investigador que tuvo una serie de malas prácticas, prometiendo grandes resultados y finalmente desapareciendo con trajes y fotografías originales que le fueron prestados para la investigación. Esto acarreo una serie de problemas para las investigaciones posteriores, sembrando desconfianza respecto a este tipo de iniciativas por el doble riesgo de perder objetos de la memoria y crear falsas esperanzas.

Por otro lado, hay una clara conciencia sobre la importancia que ha tomado el rescate del patrimonio inmaterial en los programas de fomento a la cultura, canalizados principalmente por medio del consejo de la cultura, lo que ha generado cierta suspicacia por parte de algunas personas que me tocó entrevistar, quienes planteaban un enriquecimiento en base a las investigaciones con el dinero del Estado. A esto se añaden las dificultades que han tenido los miembros del circo tradicional para postular exitosamente a los fondos de cultura, generando frustración y cuestionamiento respecto a cómo se asignan estos fondos además del tipo de iniciativas que apoyan.

En las últimas décadas, el circo ha sufrido una serie de transformaciones, viéndose presionado por los nuevos medios de comunicación y la masificación de los espectáculos en general, además se ha generado un proceso de apertura de las disciplinas circenses con la aparición de referentes como Circo Chile,Circo del Mundo y otras organizaciones del Nuevo Circo. La apertura del circo como disciplina ha tenido diferentes cristalizaciones, con una vertiente escénica expresada en los nuevos artistas y compañías, una de trabajo social con las intervenciones en sectores de alta vulnerabilidad y otra de carácter recreativo con los talleres para niños adultos que actualmente se imparten en ciudades de todo Chile.Bajo este contexto se ha generado una disputa por la legitimidad, posicionando la antigüedad de pertenencia al circo como uno de los principales criterios para establecer el prestigio de los artistas en cuestión. En este sentido, la memoria se posiciona como un mecanismo de prestigio  y legitimidad, demostrando por medio de fotografías, medios de prensa y relatos orales la antigüedad de cada uno de los linajes circenses.Pese a todo, la comunidad circense en general se mostró muy colaborativa respecto al rescate y puesta en valor de su propio patrimonio, poniendo a disposición enormidad de fotografías e información por medio de entrevistas y observación participante.

Las artes circenses, al igual que otras artes escénicas, están en plena transformación. Las nuevas propuestas tienden a la creación de nuevos lenguajes e integración de disciplinas que hasta hace algunos años se encontraban separadas entre sí. Este proceso de renovación muchas veces implica volver a prácticas usuales hace tan solo un par de décadas como lo era la música en vivo durante las funciones, uno de los grandes aciertos del Cirque du Soleil. Sobre este punto,identifico la necesidad de poner en el tapete esas prácticas comunes de las artes circenses en su dimensión histórica, cumpliendo el propósito de ponernos en nuestro lugar al mostrarnos la cantidad de hazañas que se han hecho en el circo (muchas veces los artistas contemporáneos creen estar inventando algo completamente nuevo) así como brindar nuevas ideas y generar debate para la integración y creación de propuestas escénicas contemporáneas.

El concepto de memoria tal como lo he venido trabajando aparece como aspecto positivo de la identidad y el pasado, como memoria viva que ha pesar de estar marcada por la nostalgia, nos sitúa en el presente y permite mirar el futuro desde las propias raíces.


[1] Oxman, Ilan et. all. “La Gran Familia: una gira por el circo chileno”. Editorial Cuarto Propio, 2010. Santiago.

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