La Tía independiente y su elevado Ego

por ROBERTO GASSMANN, Est. Derecho, U. de Chile. Rosh tnua Bet- El.

 

Desde “el regreso a la democracia”, en Chile existe un escenario político claramente polarizado donde, por un lado, tenemos a la derecha, actualmente llamada “Alianza”, conformada por los partidos de RN y la UDI, y por el otro lado, está la Concertación, o ahora entendida como la “Nueva Mayoría”, integrada por el PS, DC, PPD, PRSD, y su nueva incorporación pero no sorpresiva del PC, el MAS e “independientes” de centro izquierda.

Estos partidos han venido peleándose el poder por los últimos 23 años, creando un espectro político bastante reducido en donde las mismas caras y los mismos partidos han gobernado con promesas de cambio y reestructuración, pero en la práctica se sienten cómodos en su conservadurismo y luchan por mantener el status quo, disfrazándose de actores que representan los intereses populares, del empresariado o el nuevo invento del “centro social”.

Sin embargo, en cada elección salen nuevas caras con ilusiones de triunfo, con un discurso nuevo, que encanta al principio pero que, a medida que pasan los años, se vuelve cada vez más tedioso. Escuché en la radio la siguiente metáfora: los candidatos que “van por fuera” son como la tía abuela encantadora, que en un principio todos quieren conversar con ella y escuchar sus historias pero que a la hora del postre están todos peleándose por no llevarla a su casa. En un comienzo, esta tía tediosa llevó la cara de un empresario de mucho dinero conocido como Fra Fra, después se transformó en una tía más hippie y ecologista, tomando el rostro de Alfred Max-Neef. Luego, la tía se subió a la micro y apareció Tomas Hirsch con su clásico slogan “¿qué micro toma Tomás?”, para luego dar paso a Marco Enríquez Ominami, y aquí fue donde esta “tía” empieza a tomar importancia en mi opinión. MEO obtuvo un 20,14% de los votos emitidos en la elección del 2009-2010.

Si un candidato de la izquierda no concertacionista es capaz de sacar el 20,14% de los votos, e influir directamente en la elección de Sebastián Piñera, restándole votos a su contrincante Eduardo Frei Ruiz-Tagle, es porque claramente la población se hartó de ver las mismas caras en política escuchar el mismo discurso por los últimos 23 años.

Considero que es de suma importancia que los candidatos que “van por fuera”, como se dice hoy en día, hagan una especie de cónclave y planteen una estrategia en conjunto, para así eventualmente (y no digo exclusivamente para estas elecciones) puedan ser una real alternativa política y no solamente el voto de aquellos que están hartos de “la gordi” o “Longueria que la tiene corteira”, sino que sirvan como representantes de los cambios que quiere y necesita el Chile de hoy.

Si estos candidatos estuviesen unidos, podrían hacer la pelea y conformarse en una de las dos primeras mayorías para pasar a segunda vuelta, considerando el altísimo nivel de abstención actual y romper con este modelo político actual.

Está claro que sus posturas varían y no se va a obligar a nadie a desviarse en sus creencias política, pero dudo mucho que sean más distintos que Velasco y Gómez, que ambos integraron el pacto nueva mayoría. Dentro de lo distintos que son, podrían perfectamente llegar a acuerdos y oponerse como una sola opción ante los dos bloques clásicos.

Por suerte, para el concertacionismo esto no va a ocurrir en un futuro cercano, ya que en política hay un factor importantísimo antes de hacer cualquier análisis: El ego. Algo que para MEO, Claude, Sfeir, Parisi, Jocelyn-Holt y Miranda, en su categoría de “iluminados”, es una traba antes de hacer cualquier cosa.

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