Australia: la isla surfer-hipster “no worries” más desarrollada y conservadora del mundo.

por ARIEL BOHORODZANER, Est. Derecho, U. de Chile. Presidente Federación de Estudiantes Judíos.

 

Siempre he sentido una enorme curiosidad por esta gran isla al otro lado del mundo, por la impresionante y diversa fauna, muchas veces hostil, y por lo remota que aparenta ser su cultura.

Desde el momento que aterrice en Sydney, pude apreciar que estaba llegando a un país extremadamente desarrollado, moderno con rascacielos y casas preciosas pero carentes de un estilo propio. Con una calidad de vida de primera, con gente amable, educada y con una diversidad abismante, donde tres cuartos de la población es inmigrante de primera o segunda generación, pareciera que vale la pena sufrir un nivel de precios astronómico, que hasta los ingleses y japoneses encuentran absurdo.

No es difícil apreciar las diferentes culturas que conviven armónicamente en las grandes ciudades, dando espacio a la cultura australiana que es tan particular pero difícil de describir al ser una mescolanza de idiomas, etnias, gastronomía, arquitectura, etc.

Si tuviera que estigmatizar a los OZ llegaría a un híbrido de surfista y hipster. La gente es muy distendida, por ejemplo a diferencia de responder a un agradecimiento con “you’re welcome” contestan “no worries”, lo que caracteriza su mentalidad a la perfección. Nadie duda el sacar su Smartphone para mostrarte en el mapa cuando pides direcciones o en ayudarte en lo que necesites de la forma más cordial pero siempre manteniendo una distancia, dada mi perspectiva latinoamericana fue difícil distinguir esa formalidad del generar un lazo de amistad.

Un país donde resalta su bohemia, grafitis, festivales, la señalización de los platos aptos para vegetarianos o veganos en los menús de los restaurantes, la conciencia sobre su medio ambiente. Donde es mal mirado matar hasta las espeluznantes arañas con las que conviven y por sobretodo un ambiente ”laid back” es contrastante con su ordenamiento jurídico que a diferencia de su población es sumamente conservador, regulando casi todos los comportamientos que consideren reprochables para asegurar el orden y la convivencia en la paradisiaca isla.

Sin duda, este destino ofrece algo para todos los gustos, desde carrete cualquier día de la semana con personas disfrazadas de animales tomando hasta que el cuerpo no aguante en Byron Bay, o para visitar museos y galerías de arte monumentales como también para ir a acampar en el outback o surfear en sus famosas playas con la adrenalina de saber que hay una delgada red que te protege de los tiburones, medusas asesinas, serpientes de mar, etc.

Recomiendo este viaje para cualquier persona, especialmente para los que buscan un destino donde trabajar para financiar una larga estadía, ya que encontraras cualquier cosa que busques, en el desierto, la jungla, los bosques con animales exóticos o en las impresionantes ciudades que nunca duermen, y por sobre todo, su gente que hace una experiencia inolvidable al empaparte de la utopía sin preocupaciones que aparentan vivir, tan lejos de los problemas que se vive en otros lugares del mundo.

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