#Marcatuvoto por la Asamblea Constituyente

por NICOLAS GRIMBLATT, Est. Ingeniería Comercial, U. de Chile.

 

Avanzando en este año 2013, cada día nos encontramos más cerca de un importante evento a realizarse en noviembre, las elecciones presidenciales y parlamentarias de Chile. Debemos seguir debatiendo y aprendiendo sobre las consecuencias que pueda tener cada decisión que tomen los electores desde hoy hasta diciembre (asumiendo una segunda vuelta), pasando incluso por las relevantes (o quizás no tanto por su gran fracaso) elecciones primarias. Cada candidato (cada uno en su medida) mostrará sus pocas y vagas propuestas y esquivará gran parte de las preguntas que les hagan y dedicarán gran parte de su tiempo a descalificar a sus contrincantes y sus partidos y aliados.

Sin caer en la bajeza que esta lucha de egos reinante en la política nos promete, como ciudadanos debemos ser los que exijan un real cambio. La fórmula no es obvia, ni mucho menos simple, pero hay propuestas interesantes de analizar. Los problemas en la política chilena son variados, pero la falta de representatividad ha estado acechándonos desde hace algunos años, llevando la credibilidad del sistema político a niveles bastante preocupantes, en donde los mismos políticos “anti-politiquería” caen en el juego. Todos tienen claro que la constitución actual de Chile no está funcionando como se esperaría, pero no todos concuerdan con los cambios que esta requiere (o tal vez decir que hay que cambiarla es grito y plata)

Dicho esto, el mejor ejemplo para citar es al candidato a presidente Andrés Velasco, quien, al ser consultado sobre la posibilidad de convocar una Asamblea Nacional Constituyente, respondió: “si alguien piensa que el Congreso le va a ceder esa facultad de hacer cambios a una asamblea constituyente bueno, significa que vamos a tener que esperar muchos años”.

Aquí, el candidato nos demuestra claramente cuál es el perfil de políticos que hemos venido “eligiendo” (dado el sistema binominal que no nos permite elegir siempre al candidato más votado). Políticos idiotas, en el sentido griego de la palabra. Políticos que ostentan el poder otorgado por la ciudadanía sin darle a esta la retribución en su actuar y sus leyes. La falta de voluntad política para hacer cambios es una realidad, pero la falta de posibilidades (por la constitución) es algo que agrava este hecho.

Es hora que la ciudadanía adquiera el real poder constituyente del que posee el derecho, dándole al país una constitución legitima y que garantice los derechos de cada persona en el país. Nadie dice que una asamblea constituyente haga grandes cambios, ni que genere revoluciones en el país, sino que simplemente empoderaría a la ciudadanía para elegir, legislar y ejercer a plenitud sus derechos, los que hoy son denegados por una constitución ilegitima, tal como es la de 1980.

Marcar el voto es una opción, es un mensaje a la clase política y al país. Una asamblea constituyente es necesaria para una verdadera transición a la democracia, algo que tanto hace falta en este país. Marcar el voto es dar un mensaje de democracia.

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3 comentarios

    1. Estimado Luis….tu propuesta es la mejor forma para que nada cambia y todo sigue igual, es decir seguir viviendo con una constitución que no representa la voluntad de la mayoría

  1. Concuerdo con Nicolás. Hace falta una nueva Constitución. No más reformas al Decreto Ley No. 100 conocido como Constitución Política ni cambios hechos por parlamentarios elegidos con el mismo binominal que hoy no se puede modificar. Haría bien una Asamblea Constituyente que cambie de verdad las reglas del juego.

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