¿Qué te importa lo que haga?

por JEREMY LEVY, Egresado de Derecho, U. de Chile.

 

¿Qué te importa lo que yo haga? o ¿por qué te molesta que fume, si de algo hay que morirse? frases que evidencian un principio básico en el que se fundan las sociedades occidentales liberales: el individualismo, que implica la más amplia libertad negativa, entendida como la ausencia de factores externos que coarten la libertad de decisión y que como contraparte, entiende que no hay propiamente un deber de preocupación por el otro, él es autosuficiente en su actuar.

Sin embargo, el judaísmo se basa en el principio contrario. En nuestra tradición, todo judío es responsable el uno del otro (Talmud Bavli, Shavuot 39ª). Esto significa que ya no es y no pueden ser indiferentes al judío los actos de su hermano. Es clásica la imagen que se utiliza para ilustrar este concepto; todos los judíos estamos viajando en el mismo barco con habitaciones individuales para cada uno. Si descubren a un judío haciendo una filtración en su habitación, sería ridículo que este argumentara que es su pieza y que no pueden impedirle hacer el hoyo. Esa filtración nos hundiría a todos.

Sumado a lo anterior, tenemos una mitzva especifica de reprimenda (Tojaja), que nos obliga  llamar la atención y hacer ver los comportamientos errados de nuestro compañero. Cabe hacer notar que esta es una mitzva muy difícil de hacer, por la delicadeza y tacto que tiene que tener el que la lleva a cabo para que su mensaje sea bien recibido. El Rambam en Sefer ha Mitzvot comenta: Este es el mandamiento de reprender a alguien que pecó, o que está a punto de pecar y evitar que lo haga con palabras y reproche. Y la persona no debe decir: “Yo mismo no voy a pecar, así que si otro lo hace, ¿por qué debe importarme cómo lo va a juzgar D’os?”, porque esto se opone completamente a la Torá. Queda claro cuan distinta es la visión de la Torah a la forma actual de enfrentar la responsabilidad con el prójimo

En estas tres semanas que van desde el 17 de Tamuz, fecha en que Moshe rompió las primeras tablas, además de otras 4 tragedias, hasta el 9 de av, fecha de la destrucción de ambos templos e innumerables tragedias, debemos superar el odio gratuito que es la causa que generó la destrucción del segundo templo. Escribo que es la causa de la destrucción y no que fue, porque cada generación en que no se reconstruya el templo se considera que la destruyó.

La solución al odio gratuito es justamente la contraria, prodigar un amor gratuito a todo miembro de Am Israel, independiente de cuan distintas sean sus posturas políticas, religiosas, etc. Ese amor gratuito tiene que surgir de un interés, de una preocupación genuina de lo que le está pasando al otro, cuáles son sus carencias, necesidades y miedos.

Que el otro sea tu asunto es la única forma que el barco no se hunda.

Publicaciones Similares

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *