Her y Tinder; ¿de la ficción al mundo real?

por ERIC NICOLAIEVSKY, Est. MA en Psicología Laboral Organizacional. PU. Católica. Psicólogo, PU. Católica.

 

Hace poco tuve el agrado de ver la excelente película “Her” de Spike Jonze, que narra el romance entre Theodore, un sujeto que se gana la vida escribiendo cartas (para y) de otras personas (actividad literaria narrativa y poética que le exige gran profundidad y riqueza emocional) y una OS; un “sistema operativo informático” llamada Samantha, que vendría siendo una conciencia artificial (y no meramente una inteligencia artificial, dado que su aspecto más relevante es la inclusión del espectro emocional de la experiencia humana en su programación), lo que básicamente la convierte en una persona sin cuerpo, inconcebiblemente inteligente y con la capacidad de sentir emociones igual que una persona.

Más que la trama de la película (tan buena que la llevó a ganar el Oscar de mejor guión original) lo que me interesa considerar aquí son los temas que la subyacen. Her se constituye como un maravilloso ensayo sobre la soledad, las relaciones y las emociones humanas. Y mediante esta ciencia ficción (particularmente en la que existen los OS), el autor logra tocar estos temas y transmitir muy claramente ciertas verdades actuales, sobre la vida que hoy llevamos (o que algunos llevan) que no tienen nada de ciencia ficción en ellas.

El desarrollo de nuevas tecnologías ha cambiado la forma en que los humanos hacen casi todas las cosas a lo largo de la historia. Aún estamos viviendo los cambios de la Revolución Informática (suma de acontecimientos tan importantes que han generado cambios radicales en cómo hacemos gran parte de las cosas y para siempre). Con Tinder, da la impresión que está a punto de cambiar algo que hasta ahora estaba más o menos protegido de las “garras” del mundo de la informática: la forma de las relaciones amorosas de intimidad, ya sean físicas o psicosexuales, y sin importar si serán serias o informales.

El número de usuarios de Tinder crece a un ritmo desbocado (o tal vez justamente “bocado”; “de boca en boca”) de una manera que llama mucho la atención. ¿Cuáles son las condiciones de nuestra sociedad que permiten este fenómeno? ¿Tendrá que ver con la superficialidad que generalmente nos impone Hollywood, la publicidad y la televisión? ¿Será acaso causa de la alienación que han causado los celulares? Pareciera ser que en estos tiempos es casi más frecuente estar frente a una pantalla que frente a la cara de otro ser humano. ¿Por qué chateamos por Whatsapp en vez de conversar con las personas con las que estamos sentados en la mesa?  ¿Es acaso tan impensable el escenario de ciencia ficción que propone Her? ¿O en realidad solo es una exageración de la situación actual?

Her se trata de las emociones, la soledad y las relaciones. Para mí, Tinder se trata de lo mismo. Funciona en base a la soledad y la necesidad de relaciones de intimidad de las personas y es posible gracias a los mismos avances tecnológicos que podrían llevar al mundo a la situación presentada en la película.

El éxito de esta aplicación tiene que ver con diversos factores. La necesidad connatural al ser humano que tenemos de sentirnos queridos y/o deseados. La soledad en relación a esta necesidad de ser querido, ¿usaríamos Tinder si no estuviéramos solos? (algunas personas sí, pero sería esperable que con otros fines que la gran mayoría). La alienación y la superficialidad a la que la tecnología nos somete. En la actualidad, hay cierta insensibilización a la superficialidad, posiblemente causada gracias a la repetida exposición que hacen los medios de la figura humana como objeto. Y también, la necesidad de control que requiere percibir el ser humano sobre sus acciones y las cosas que le suceden (por eso también tiende a reducir la complejidad de la realidad con relaciones de causalidad que puede comprender).

El uso de la aplicación baja la ansiedad porque otorga una alta percepción de control ejercido sobre un aspecto de la realidad que en la práctica es bastante impredecible; las relaciones humanas. Enmascarada como un juego, esta aplicación da la posibilidad de juzgar cientos de personas en base a su apariencia física en pocos minutos, una sensación de poder-control casi imposible de replicar en la vida real. Todos estos factores, son comunes tanto para entender la película, como el uso de la aplicación.

Theodore necesita sentirse querido y está tan solo que no consigue encontrar cariño en otro ser humano. Finalmente recurre a Samantha, sobre la que tiene un control casi absoluto, considerando que la compró como quien compra una aplicación de agenda u organizador para el celular. Incluso los tópicos de la superficialidad y el uso del cuerpo humano como figura-objeto, se ven revelados en forma brutal cuando Samantha busca “arrendar” el cuerpo de una mujer para satisfacer a Theodore.

¿No son Tinder y los OS simplemente dos aplicaciones que finalmente apuntan a lo mismo? ¿No será Her solo una exageración de la situación actual?

Publicaciones Similares

Un comentario

  1. Buenisimo el articulo, felicitaciones! creo que tocase un punto 100% adecuado y de una manera muy elocuente. Seria muy bueno que este tema sea mas discutido y llevado a la agenda de la concienca colectiva.
    Saludos!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *