Cuando el antisemitismo volvió a ser lo correcto
por SANDRA FEDERIC, Abogada, U. Diego Portales.
Desde una perspectiva racional, deberíamos pensar que el mundo tiende a convertirse en uno más “evolucionado”, donde como planteaba Darwin, las especies se van perfeccionando para poder vivir de una forma más integrada a su medioambiente, permitiendo su supervivencia.
Yo también creía esto, que el mundo de hoy era uno más “civilizado”. Miro la historia y las barbaridades que se cometieron, y luego miro mi historia, mi vida y mi entorno, y ciertamente ésta era una época más civilizada, donde se respetan y aceptan las diferencias, y donde una persona judía como yo podía sentirse cien por ciento orgullosa de serlo, y de igual forma, estar completamente integrada a la sociedad.
Hace más de 50 años, 3 de mis 4 abuelos llegaron de la Alemania nazi a Chile, un país increíble que los recibió con los brazos abiertos y les permitió desarrollarse en todos los ámbitos. Siempre sentí una gratitud tremenda hacia Chile, siempre me he sentido bien acogida y respetada como judía.
Estudié derecho en una época marcada por la segunda intifada en el conflicto palestino israelí, momento de gran activismo universitario, especialmente de los estudiantes pro palestinos demonizando a Israel, pero nunca, NUNCA, había sentido el antisemitismo que he sentido en este último tiempo. Hace menos de dos meses, Chile y el mundo entero cambió.
Como judíos en Chile, y a diferencia de lo que pasaron las generaciones anteriores, hemos vivido una vida perfecta. Nunca se nos ha dicho algo ofensivo por nuestra condición religiosa, nunca hemos sufrido hostilidades y prácticamente ninguna forma de antisemitismo, y en los casos excepcionales en que vivimos situaciones así, nos sentimos escandalizados. Somos una generación “mal criada”, hipersensibles porque no estamos acostumbrados a ser juzgados. Pero de pronto, lo que antes era mal visto pasó a ser la norma.
Comentarios en las redes sociales como “judío de mierda”, “Hitler debió terminar su trabajo”, “judío asesino” o mentiras reiteradas como el «Plan Andinia», donde los judíos tenemos un supuesto complot secreto de apoderarse de la Patagonia, ya no impactan: políticos, actores sociales, comentaristas “habitué” del acontecer nacional; todos opinan, tergiversan y mienten sin descaro. Todos tienen una opinión de nosotros, constantes y transversales a todos los grupos de nuestra sociedad, evidenciando que el antisemitismo en Chile está inmerso en todos los grupos de chilenos, sin distinguir religión, edad o clase social; como judía, percatarme de esta realidad me duele profundamente.
Es impresentable la falta de objetividad de los medios de comunicación, por no decir ridículo, muy poco profesional y completamente burdo. Evidentemente, también los comentarios virulentos de parte de la dirigencia de la comunidad Palestina en Chile, con discursos más retrógradas que la propia dirigencia de Hamas, buscando también rechazar y negar el derecho a la existencia de Israel como estado judío (pasando a llevar el derecho a la auto determinación de los pueblos que tanto defienden), pero por sobre todo, me asusta el efecto que todo este manejo mediático propagandístico y sesgado está teniendo en la opinión pública.
Cada día son más frecuentes los ataques verbales con consignas como «asesinos» a judíos que caminan por las calles, o rayados y grafitis antisemitas que están plagando la vía pública, pero sobre todo se ve una animosidad que de no ser frenada, va a desencadenar en violencia física, cumpliendo su objetivo de demonizar a Israel y de paso a todos los judíos del mundo.
Somos un eslabón más de la historia judía, y es igual a la de nuestros abuelos y tatarabuelos, y debemos abruptamente cambiar la visión de nosotros dentro en este mundo, porque las palabras crean realidades. Si bien el conflicto en Gaza va a terminar en cualquier momento, al mundo no le va nunca a dejar de importar lo que hagan los judíos o israelíes; la confianza está quebrada. Nuestro mundo definitiva e irremediablemente cambió.
Pero también nosotros cambiamos, nuestra comunidad, local y global evolucionó. Hoy somos otros, y ese cambio, si bien es difícil de expresar, todos lo sentimos. Estamos más unidos que nunca. El mundo apuntó sus dardos contra nosotros y nos puso a todos los judíos en el mismo saco: laicos y religiosos, de derecha y de izquierda, a los que viven en Israel y a los que viven en la diáspora, TODOS hemos sido juzgados por igual; y eso a hecho que nosotros también nos percibamos como UNO. Espero que esta sensación no desaparezca.
Ya vimos el efecto que esto ha tenido en países como Francia, donde el antisemitismo es violencia física: jóvenes judíos raptados y torturados hasta ser cruelmente muertos, niños asesinados a disparos a la salida de los colegios, sinagogas constantemente apedreadas… ¿queremos que ocurra esta horrible realidad en Chile? ¿Son las manifestaciones producto de unos pocos fanáticos anti sociales que hacen mucho ruido? ¿Es este el sentir de nuestra sociedad, el abierto y violento antisemitismo?
Respetando las diferentes posturas que cada uno tiene en relación al conflicto entre Israel y Hamas, ¿en qué sociedad queremos vivir? ¿Queremos una sociedad llena de odio, donde las minorías religiosas, étnicas y sexuales se sientan perseguidas? ¿O una sociedad inclusiva para todos?
Todos nuestros comentarios deben ir con el fin de esclarecimiento y no con la idea de crear animosidad, ni hacia los judíos, ni hacia los árabes/musulmanes ni hacia la comunidad Palestina en Chile, con la cual, históricamente como judíos hemos tenido una excelente relación.
Soy la primera en defender el derecho y la libertad de expresión en todos sus ámbitos, pero hay que entender el delicado equilibrio y las consecuencias que el odio racial trae aparejado. Por favor, no importemos un conflicto a Chile, sino que llorémoslo y seamos activos en que alcance un pronto fin un conflicto y no sumemos otro en Chile.
Como judíos, tenemos la misión de mostrar otra verdad que la que aparece en los medios de comunicación, y debemos hacerlo desde la tribuna que cada uno tenga, pero hagámoslo siempre fundados en los principios que nos definen como pueblo: la racionalidad y el constante deseo por la paz.
Estoy muy de acuerdo con sus ideas y sentimientos. Sólo quisiera decir que ayudan a la opacidad de la situación el que muchos judíos no quieran entender que criticar a Israel no es criticar a los judíos, ni siquiera a todos los israelitas, sino que al gobierno de Israel. También el matrimonio del lobby judío con la clase política de EE.UU. es irritante. Siento una simpatía profunda y genuina por el 90% de los judíos del mundo que tienen que enfrentar la antipatía generada por el 10% de ellos que son plutócratas abusadores que no se diferencian en absoluto de los goyim autores de injusticias.
«El mundo apuntó sus dardos contra nosotros y nos puso a todos los judíos en el mismo saco: laicos y religiosos, de derecha y de izquierda, a los que viven en Israel y a los que viven en la diáspora, TODOS hemos sido juzgados por igual»… Esto que dices no es verdad y es el típico argumento para el chantaje emocional y censurar al resto. Los judíos de izquierda en gran mayoría están por el fin de la ocupación, protestan en muchas ciudades de Israel, se sacan la cresta por que las cosas cambien y la propia policía israelí les saca la mugre, lo mismo pasa con muchos judíos religiosos ortodoxos que están en contra de la ocupación y hacen valer su voz en el mundo. Hay muchos israelíes trabajando en conjunto y protegiendo a civiles palestinos en Cisjordania y los lazos de amistad y fraternidad entre ambos son profundos. La gente tiene clarísima la visión y no se tragan el chantaje emocional del antisemitismo. Solo para agregar una cosa mas, a mi muchas veces me han tachado de terrorista de mierda solo por pensar diferente o por ser palestina, eso es antisemitismo también? me tengo que poner a llorar por gente ciega sin tino me insulta? Puedo decir que los israelíes que me han tratado de esa forma son antisemitas siendo yo de sangre semita? lo dudo.
Con mucho respeto a tu persona, solo por ser persona:
Soy Chileno, y Puente Altino carajo! yo vivo una realidad distinta a lo que cuentas, en mi mundo de recursos alcanzables pero no lujosos, tuve que crecer en una familia de clase media baja poco pudiente, que se saco la cresta para darme lo que tengo. Lamentablemente no es tu culpa el antisemitismo, no creo que todos los judíos sean malos, pero si estoy seguro que ustedes, los del barrio judío de la dehesa, que tienen su vida «perfecta» son muy pudientes, ustedes viven cómodamente, cuales burgueses.. hay otro Chile querida amiga, uno que no tiene oportunidades ni facilidades económicas que mejoren la calidad de vida, que no crece rodeado de una historia dorada, intocable e intachable, repito, no creo que todos los judíos sean malignos, ni empresarios, ni poderosos económicamente, ni dueños de elementos corporativos internacionales de excesiva e innecesaria influencia.. pero si creo que los culpables de la inestabilidad espiritual, social o económica en este mundo «civilizado», son los sionistas, y ellos, si son empresarios, poderosos y malignos.. no creo que todos los judíos sean sionistas, para desgracia de tu pueblo, todos los sionistas son judíos, no culpes al goim por odiar al judío, culpa al judío sionista por no saber convivir con el goim.
un abrazo y un saludo amiga, mis respetos a tu persona, por ser persona, no judía.