Si encajas, desapareces.
por TOMÁS CALVERT, Est. II° Medio, Instituto Hebreo. Janij Escuela Betel.
Con cada día que pasa, la gente se vuelve más vieja, pero no necesariamente más sabia. La estupidez a las masas las vuelve más fáciles de controlar, de callar y de provocar burlas hacia los que sobresalen, hacia los que tienen ese toque distinto que pareciera producir una sensación de asco en empresas y gobiernos.
Todos, sin excepción, somos como piezas inmersas en un rompecabezas social, de formas y colores distintos que encajamos mejor en un lugar que en otro, junto a las piezas con las que mejor encajamos. Se hacen tan dependientes que ya no se puedan separar. Pero pareciera ser que, a cada minuto que pasa, las piezas se vuelven más y más cuadradas.
No nos obliguemos a encajar en una parte por miedo a estar en otra. Pongámoslo todo sobre la mesa y seamos lo que somos, lo que queremos ser y no lo que los otros quieren que seamos. ¿Hay realmente algo que perder? ¿Perderemos amigos si empezamos a hacer lo que realmente nos gusta, o ganaremos a los amigos que mejor encajan con nosotros? Los verdaderos amigos quieren que hagamos lo que más queremos.
No nos asustemos por presiones, tan fuertes que nos obligan a hacer lo que no queremos, y a no hacer lo que sí queremos. Si quieres gritar, grita. Si quieres reír, ríe, y si quieres hacer eso que más te gusta, eso que no tiene igual, hazlo, justamente por eso, porque no tiene igual.
La sociedad es como un juego de Tetris, cuando encajas, desapareces. A todos los inadaptados; las miradas «raras», en la calle, en el colegio, en la universidad, en el trabajo, o inclusive en la casa, son miradas de envidia de alguien que quiere ser libre, o de reproche de alguien que no sabe cómo serlo.
Todos tenemos un clóset del cual salir, una máscara que romper. Si todos comenzamos a vivir nuestras vidas de una forma más libre, le ganaremos un gran espacio a quienes quieren controlar la sociedad.
Me pareció genial este pensamiento: «La sociedad es como un juego de Tetris, cuando encajas, desapareces».
Gracias Tomás. Lo guardé en mis notas para no olvidarlo.