La Significación Real que poseen las nuevas Relaciones Sociales construidas a partir de Espacios Virtuales

por IDAN TELIAS, Est. de Ingeniería Comercial, U. Adolfo Ibáñez.

Hoy en día, donde el internet es tan masivo y popular, los grandes sitios de perfiles y exposición como Facebook, Twitter u otros, se han hecho tan grandes e influyentes en la vida de uno que se puede apreciar claramente un enorme interés y deseo por saber del otro, comportamiento que finalmente pasa a adquirir un gran sentido en nuestras vidas.

Se hace necesario saber del otro. Existe una morbosidad dentro de nuestros cuerpos que pareciera requerir tener el conocimiento del otro y de lo que está haciendo. Nosotros mismos queremos exponernos, demostrar lo que sentimos y lo que pensamos, para que así otros puedan contemplarlo y ver si están de acuerdo, si apoyan o se disgustan con nuestros dichos y actos, buscando generar reacciones con nuestras exposiciones.

La sociedad hoy en día se ha convertido en un gran espectro en donde el emitir constantes críticas sin sentido hacia los demás controla a las grandes masas de individuos, pasando a ser algo fundamental en sus vidas, un pilar dentro de la sociedad. Demostramos un interés (irreal, este no está con nosotros) por formar parte de una rueda giratoria que nos es casi imposible detener. Algo que no era importante o posible en décadas anteriores, hoy nos es imprescindible, un bien básico en estos días. Internet a través de sus principales sitios de perfiles y vidas personales, es el primer medio de comunicación masiva que pondrá al alcance de todos la vida íntima de toda la población, mucho más allá que la televisión, la radio o el periódico, que solo exponen la vida de una elite.

¿A cuántas personas de tus redes sociales conoces realmente? Esto requiere definir previamente lo que entendemos por “conocer realmente”, lo cual es totalmente subjetivo, pero sentando una base: ¿Sabes su cumpleaños? ¿Sabes qué estudia o a qué se dedica? ¿Sabes cuáles son sus intereses? ¿Sabes si tiene hermanos? Preguntas tan simples como éstas, describen al mínimo si uno conoce o no conoce a quien tiene como “amigo”.

Yo también estoy dentro del sistema llamado sociedad, difícil es no ser parte de él cuando existe un mínimo de confort. Cuando estamos fuera de esta zona, comienza a crearse un problema de comunicabilidad y de relaciones no existente en años anteriores. Creemos siempre que debemos tener más de lo que en verdad necesitamos, constante complejo existente en el ser humano.

La verdad es que el interés por saber del otro viene desde hace mucho tiempo. Siempre se ha querido investigar al otro, ya sea que venga desde los altos mandos, donde es inexistente un Estado que no haya espiado a otras personas, o ya sea en parte lo que nosotros hacemos usualmente al ver a personas que realmente no conocemos en perfiles de internet, ya sea a través de leer y compartir sus opiniones o de revisar sus fotografías y vida cotidiana. No sabemos de verdad quiénes son. Claramente estamos en total derecho de hacerlo, de intentar conocerlos. Lo hacemos porque nos  gusta. Nos hace sentir muy bien el conocer a otras personas, aunque sea en el nivel más burdo. Esta búsqueda de conocer nuevas personas es incluso guiada a través de delimitar una verdadera búsqueda por preferencias, gustos e intereses, asegurando una mayor cercanía o por lo menos un tema mínimo en común.

El estar verdaderamente interesado por una persona no es solo saber el nombre, no es solo conocer en un nivel superficial a la persona de al lado, sino que es entrometerse en las aguas de la otra persona para así lograr conocerla objetivamente. Muchos juicios amesurados y apresurados se toman hoy en día, conociendo la mínima parte y basados sólo en primeras impresiones y prejuicios. Estas grandes redes pasaron a formar parte de estándares tanto como para los trabajos, como para formar amistades y la mayoría de los actos que hacemos.

El problema de que una red social que nace desde lo superficial y virtual haya pasado al mismo tiempo a ser una red social real, normal y la más común y numerosa en nuestras vidas, está en que la red pasa a ser un ente regulizador de amistades y de contactos, basados en interacciones carentes de proximidad en lo físico, lo espacial, y claro, lo emocional. Aun no sabemos cuánto realmente sabemos del otro, ni mucho menos cuan expuestos estamos nosotros realmente, cuánta información entregamos, cuánto se sabe de nosotros.

En un mundo de abertura total, donde casi no existen límites de información, nosotros solo hemos pasado a ser eso, información dentro del sistema. Un nombre, una fecha, varios comentarios y numerosas fotos. El mundo se ha transformado en una pared virtual a la cual nosotros pertenecemos y en donde es casi obligación permanecer, ya que sino el supuesto contacto se va perder y ya nada va a quedar. Cada día el contacto real se hace más lejano, más distancia existe entre las personas, y por esto mismo, más individualidad se crea y desarrolla.

Es el momento en que demos un paso al costado y veamos quiénes son las personas que realmente están a nuestro lado. Si existen de verdad o son solo ficticios de la red. El control de la comunicación depende de nosotros en su totalidad y nosotros hemos elegido que sea de esta manera.

Publicaciones Similares

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *