A lo cubano: Botella´e ron, tabaco habano

por ARIEL BOHORODZANER, Est. Derecho, U. de Chile. Presidente Federación de Estudiantes Judíos. Coordinador de Actividades El Diario Judío.

Desde que uno aterriza en el aeropuerto de la Habana, es evidente que estás llegando a un lugar con una realidad muy particular. Por un lado, la gente empieza a encender sus criollos (cigarrillos de tabaco negro sin filtro) dentro del terminal, y por el otro, los agentes de seguridad encubiertos de civil que se acercan amistosamente a indagar el motivo de tu visita a la isla.

Es importante saber que en Cuba existen dos tipos de monedas, los pesos convertibles, los cuales están pareados al dólar americano, pero no conviene cambiarlos por éstos, ya que te cobran un impuesto especial y además no aceptan tarjetas de crédito emitidas por bancos estadounidenses, ya que debido al embargo económico les retienen el dinero, por lo que es conveniente viajar con pesos mexicanos, euros u otro. La otra moneda son los pesos nacionales, que no son de mucha utilidad para los turistas ya que solo sirven para comprar cosas subsidiadas por el Estado como ropa usada, criollos, huevos, etc. 24 pesos nacionales son equivalentes a un peso convertible y el sueldo promedio son 20 pesos convertibles. Siendo importante considerar que el nivel de precios en pesos convertibles es similar al de Europa, por lo que la mayoría de la gente no tiene acceso a casi ningún bien.

Por eso Cuba es absurda, todo el día hay “jineteros” tratando de engañarte para sacarte aunque sea un mísero dólar o venderte habanos piratas o a sus sobrinas de 12 años.

Es muy triste ver como el comunismo solo ha llevado a esa nación a la miseria, en vez de lograr una sociedad más equitativa, donde en vez de devolver las riquezas usurpadas por las transnacionales al pueblo, como proclamaba el comandante Che Guevara, hoy solo consiguió esclavizar al pueblo en beneficio del turismo. La gente no puede hablar con los turistas so pena de cárcel, si es que no están autorizados para servirlos, y así proteger a los extranjeros de ser estafados. Las playas más hermosas son de uso exclusivo de los turistas, los profesionales prefieren trabajar como meseros o mucamas en los hoteles, para ganar propinas en pesos convertibles, pudiendo así hacer varias veces lo que ganarían trabajando en una industria del Estado.

En un sistema como éste, todos tienen “mañas” para ganar un poco más, como los torcedores (fabricantes) de habanos que dicen enrolar un habano para Fidel y otro para ellos mismos, para después venderlo a un décimo del precio en donde puedan llegar a ofrecerlos a los turistas, pero también hay gente muy rica que se da todo tipo de lujos exorbitantes para el poder adquisitivo promedio, por razones desconocidas para mí, ya que en teoría, y solo en teoría, todos deberían tener más o menos lo mismo. Aunque claramente ineficiente, para sostener este sistema se crearon los CDR-Comité de Defensa de la Revolución, en cada vecindario, procurando que los mismos vecinos se vigilen unos a otros en el cumplimiento de los mandamientos de la revolución, creando lógicamente una atmosfera de desconfianza.

Pero a pesar de esta triste realidad, característica de todo régimen totalitario, donde los derechos civiles están supeditados al interés del régimen, Cuba es uno de los países más interesantes que he visitado, teniendo la sensación de volver 50 años en el tiempo, enriqueciéndome de la oportunidad de quedarme en casas particulares de cubanos, ya que no existen los hostales, conociendo personas impresionantemente amables y educadas con las cuales se puede conversar acerca de la situación que viven libremente, sean partidarios o no de la revolución, y disfrutar de una cultura rica como el ron o los habanos y gozar de un ritmo de vida al son de la salsa.

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