Luis El Cabrón Bárcenas y el corrupto sentido común español

por PABLO BORNSTEIN, Lic. en Historia Contemporánea por la U. Autónoma de Madrid, España. MA en Estudios de Oriente Medio en la U. de Tel Aviv, Israel.

 

Un reciente estudio publicado en el diario El País sobre el clima político en España revela, sin lugar a dudas, el alcance de la crisis general y generalizada que sufre el país en todos los aspectos de la vida pública, sobrepasando los aspectos puramente económicos de ésta.

Dicho estudio evidencia la tendencia a la baja de la valoración pública que sufren en los últimos años los dos principales partidos generalistas españoles, PSOE y PP. Esta tendencia no es resultado exclusivo de la pobre gestión de ambos partidos ante la gigantesca recesión económica que sufre España, sino que es directamente proporcional a la serie de escándalos políticos por corrupción que afectan a ambos partidos.

El sociólogo español Fernando Vallespín lo ha denominado hace unos días en un artículo publicado en el mismo periódico como la “judicialización de la vida política española”. Según esta teoría, la política española se mueve crecientemente al compás de los ritmos marcados por los tribunales en los procesos que afectan a ambos partidos.

Quizás el más significativo de estos casos, y a la vez paradigmático de la práctica política de las élites españolas, sea el de los papeles de Bárcenas. El pasado 27 de junio, el juez Pablo Ruz decretaba la entrada en prisión incondicional y sin fianza de Luis Bárcenas, ex tesorero del Partido Popular. Bárcenas, en situación legal comprometida desde su imputación en 2009 en la trama Gürtel – una red vinculada a diversos políticos de este partido conservador, bajo la acusación de diferentes delitos (entre ellos blanqueo de capitales, fraude fiscal y tráfico de influencias), ha protagonizado el mayor escándalo político de las últimas décadas (una hazaña nada desdeñable tratándose de España).

A principios de este año se dio a conocer que durante sus cerca de 20 años al servicio de la tesorería del partido, llevó una contabilidad secreta paralela con la que presuntamente se financiaba irregularmente el partido, a la par que varios de sus miembros más importantes, incluyendo al antiguo primer ministro José María Aznar, recibían sustanciosos agregados a sus emolumentos oficiales como miembros de la formación política. El juez aduce el riesgo de fuga de Bárcenas, como también el riesgo de desvío de capitales que están bajo investigación, como las razones principales para su entrada en prisión.

Desde que se conoció la orden de entrada en prisión, la cúpula del Partido Popular parece encontrarse en un estado de nerviosismo creciente. El partido, ya amenazado previamente por Bárcenas con develar información comprometida en caso de no recibir apoyo en su proceso judicial, mantuvo en el despacho a Bárcenas (quien en unas notas descubiertas durante la investigación sobre la trama Gürtel aparecía referido bajo el seudónimo de Luis El Cabrón), hasta que se desveló en la prensa la existencia de la contabilidad secreta, a pesar de que se había dado de baja en el partido en 2010 como resultado de su imputación en el caso antes mencionado.

Desde su imputación en 2009, varios miembros destacados del partido se expresaron públicamente en enfática defensa de Bárcenas, incluyendo al actual primer ministro Mariano Rajoy, hasta que el escándalo desvelado en enero de este año hiciese a los dirigentes populares distanciarse de su ex socio, incluyendo una poco creíble amenaza de denuncia por difamación.

Bárcenas, quien en su recorrido por los tribunales desde 2009 ha sido evidenciado en una mentira tras otra, llegó a defender su gestión en los pagos irregulares a miembros del partido, argumentando que éstos eran realizados bajo una fórmula jurídica avalada por el despacho del letrado Miguel Crisantemo. El Colegio General de la Abogacía Española negó públicamente la existencia de un abogado registrado con tal nombre en sus archivos. El total del dinero defraudado por Bárcenas está aún por conocerse, ya que aumenta al ritmo que se van descubriendo nuevas cuentas ocultas. Recientemente, ha sido estimado en 47 millones de euros. La defensa de su abogado se limita a apuntar que tener 40 millones en una cuenta en Suiza no es un delito, y sin embargo, hasta fechas recientes Bárcenas había negado ante los tribunales su titularidad de ninguna cuenta en Suiza, explicando la frecuencia de sus viajes al país alpino debido a su pasión por el esquí. Ante la confirmación de la evidencia, la respuesta de Luis El Cabrón no deja de tener comicidad: ¨Evidentemente, tenía que negarlo, no voy a decirle que tenía una cuenta en Suiza cuando no se sabía que tenía una cuenta en Suiza ¿no? Es de sentido común¨.

Me asusta pensar que esta declaración no sea tan lejana al ¨sentido común¨ generalizado de buena parte de los españoles, habida cuenta de las veces que he sido persuadido sobre la normalidad de conductas políticas poco honradas por esa sonrisa cínica llena de orgullo patrio que exclama: ¨ya sabes, es la picaresca española¨.

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Un comentario

  1. Excelente resumen del caso que conduce a la desesperación y la decepción a un gran número de mis compatriotas. Mientras siga ese «sentido común» será imposible acabar con la crisis económica y social.

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