Ahora o nunca. Todo o nada. Sí o no. Chile Campeón.

por NICO RIETHMÜLLER, Director Editor, El Diario Judío.
Hasta que pasó. Casi 100 años de historia de fútbol en Chile, y por fin un primer título de campeones, nada más que en el torneo de fútbol más antiguo del planeta.
La palabra chileno asocia varios calificativos, tanto afuera como en nuestro propio imaginario. Simpatía, chispeza, picardía, incluso medio ladrón, pero nunca campeón. El logro de dos premios Nobel en literatura fue nuestra mejor carta, pero no lo suficiente para terminar igual siendo mundialmente más conocidos por nuestro Dictador. Afortunadamente, los nombres del Chino Ríos, Bam Bam Zamorano y Marcelo Salas pudieron hacerse casi tan famosos como el de Pinochet, y le dio al extranjero algo que hablar de Chile además de violaciones a los DD.HH.
Pero el mundial de Brasil 2014 nos confirmó que la calidad futbolística de Chile está por fin en un nivel muy superior. El sentimiento era distinto. Eliminar a España fue quizás la primera advertencia internacional. Ya no nos bastaba llegar a octavos de final, nuestro desempeño merecía más, pero el fútbol no es cosa de justicia. Y esta vez, otra categoría asociada al chileno desde el chileno mismo, la “mala cuea”, nos acompañó una vez más frente a Brasil, sumado a una lamentable exhibición de penales. Quizás por lo mismo, el triunfo frente a Argentina fue tan hermoso en tan buenos penales ejecutados. Fue un momento que nos llevó en dos segundos a toda la angustia sentida aquella vez contra los verde amarillos, pero que terminó con la más grande y roja satisfacción.
El último mundial despertó algo en mí con respecto al fútbol, y por sobre todo, en mi relación con la selección. Simplemente, me fascina. Me llena de orgullo y emoción. Cuando escucho en televisión como entonan el himno, es inevitable que desde el “dulce patria” se me haga un nudo en la garganta que termine en el desprendimiento de más de una lágrima. Y para mí, que me considero ser más de los que piensan “un patriota, un idiota”, no lo puedo explicar. Me doy risa de mí mismo, pero no lo puedo evitar ni negar.
Como campeones de la Copa, le ganamos a todos. A algunos mejor que a otros. Y así también con los perdedores, unos mucho mejor que otros. Goleamos a Bolivia, cayó Ecuador y Perú, curiosamente no le ganamos a México, pero el empate a 3 fue muy competitivo. Si bien nuestra aspiración era ser campeones, enfrentarse a Uruguay, Argentina o Brasil te remueve el estómago. Que hermoso ver que Chile ya no se intimida ante nadie, que hace una fuerte y dura pelea contra cualquiera. Que puede volver loco a Uruguay hasta sacarlos de cualquier posibilidad de concentración, con o sin dedo en el hoyo, y que puede ganarle a Argentina y su mejor jugador del mundo, en un partido sólido y un tremendo reconocimiento al desempeño, la competencia y la calidad futbolística del actual plantel.
Por eso, este triunfo es tan gratificante.  Porque el camino fue muy largo, muy sacrificado y con harta “mala cuea”. Lo estuvimos esperando mucho rato. Los mayores eran todavía más incrédulos, son más años de ver a Chile en el eterno “casi”, en el que siempre estamos a punto, pero nunca es, y desde el segundo lugar hacia abajo ya es distinto. Chile nunca primero. Muchos me preguntaron este último mes si realmente creía que Chile iba a salir campeón, y sabiendo que juegan mejor que nunca, pero sin saber si era suficiente, sólo respondí, que si alguna vez iba a pasar, era ahora.
Y pasó. 7 veces de locales en Copa América, y por fin pasó. Esta vez era nuestra. Qué impecables. Gracias cabros, gracias. Que tremendos son todos. Que orgullo se siente verlos, no puedo creer que nos emocionen tanto, que nos puedan hacer sentir tanta felicidad cuando marcan un gol, tanta alegría verlos celebrar y demostrar que hacen un equipo sólido. El liderazgo de Bravo, los huevos de Gary, las piernas de Alexis, increíble todo el talento demostrado por Vidal, Vargas o Valdivia… Todo Chile sabe sus nombres, porque son un ejemplo para todos, y una gigantesca razón de energía en una sociedad bien gris.
Lo mejor que podemos hacer nosotros como chilenos es dar siempre el ejemplo. Ser chileno implica una enorme lección de humildad, ser pequeños en un mundo de grandes. En economía, en cultura, en tecnología, en igualdad, y por supuesto, en deporte. Y en los momentos de grandeza, recordemos siempre quienes somos, que nuestros logros no caigan en descalificaciones ni ofensas. Es histórico que en nuestro país se deje de “pifiar” a los himnos extranjeros. Demostremos que somos grandes a través de nuestro respeto.
Chile hizo historia. Cambió el curso de los hechos. Escribió una nueva frase, un hito, una marca en nuestra identidad nacional, una nueva cualidad en nuestra imagen internacional, quizás la más grande alegría como sociedad. Plaza Italia era una locura, nunca antes visto por ninguna celebración ni conmemoración en toda nuestra historia. Un millón de personas saliendo de carnaval, ¡un millón de personas! a encontrarse, a festejar, a expresar la más grande felicidad al extraño en el espacio público, algo a lo que el chileno le resulta prácticamente desconocido e incluso incómodo, como si andar apurado y serio por la vida pasara a ser una tonta meta arribista, en una sociedad donde pareciera ser que soy más bacán si no tengo tiempo para saludarte.
La calidad futbolística de la selección chilena está a la altura de las mejores selecciones de fútbol del mundo. Seamos más grandes como sociedad también. Ojalá los políticos en Chile fueran una décima parte de lo que es la Roja hoy.

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Un comentario

  1. El hecho que el honorable Director de El Diario Judio , Sr. NICO RIETHMÜLLER, escriba este articulo de alabanza y satisfaccion sobre el equipo de football chileno que gano encaprichadamente contra su historico rival y vecino Argentina demuestra que el Deporte chileno tambien llego a valorarse en forma integral como todas las actividades del ser humano.
    Me molesta un poco que los corresponsales nos traspasan sus sentimientos y analisis sobre los heroicos jugadores sin dar al publico una estimacion profesional del equipo tecnico encabezado por el entrenador y la direccion que llevo al equipo Nacional a una altura respetada Internacionalmente.
    Ahora Srs., comienza el mas duro y metodico trabajo, preparar el equipo para el Mundial y demostrar que Chile Lindo ubicado al fin del Mundo llego a un nivel respetable y estimado incluso desde la Tierra Santa de la cual escribo estas lineas en mi rinconsito y mi casa, Kibutz Ein Hahoresh.
    Zeev Hagali

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