Recesión consolida el ultranacionalismo y la xenofobia en Europa.

por JULIAN GOREN, Cientista Político, PU. Católica.

La crisis económica y social en la que está inmersa Europa desde el año 2008 ha provocado que el proyecto de integración de la Unión Europea empiece a dar muestras de una creciente fragilidad que comenzó a dar margen a una serie de consecuencias dañinas, las cuales muestran síntomas de consolidación de un problema que vuelve a suceder en la historia de Europa, donde se tiende a responder con el miedo y el retroceso, y la opinión pública se deja tentar cada vez más por los movimientos populistas nacionalistas.

De los 27 estados que son parte de la Unión Europea, 15 tienen eurodiputados electos por partidos ultranacionalistas, populistas, contrarios a la inmigración y directamente racistas. En países como Finlandia, Hungría, Holanda, Austria o Dinamarca movimientos de este tipo son la tercera fuerza más importante en cuanto a votos, y en otros países como Grecia o Suecia se está consolidando su poder en el parlamento, amenazando una influencia mayor a futuro.

En el caso de Grecia, se ha consolidado el movimiento “Amanecer Dorado”, autodenominado como Neonazi, grupo xenófobo, antisemita y de ultraderecha, el cual está dotado de una milicia propia, lo que marca su poder de acción, que se agrava al ser financiado por ricos inversores griegos que cada vez tienen más espacio en el espectro político, debido al inconformismo que existe entre los países más perjudicados por los recortes y desempleo, entre otras cosas que ha provocado la crisis del Euro.[1]

Este proceso se explica debido al descontento provocado por la crisis económica, donde la recesión y el rechazo a los recortes y a la gestión de partidos tradicionales son factores a tener en cuenta.

Este sentimiento nacionalista, fundamentado por el rechazo a lo extranjero, ha provocado un alza en manifestaciones de odio racial, donde España figura a la cabeza de la Unión Europea en dichos actos, específicamente de actos violentos e discriminación contra los judíos, con un incremento constante por la crisis económica.

En el año 2011, según una encuesta realizada por el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación de España, dicen que: El 58,4% de la población española opina que «los judíos tienen mucho poder porque controlan la economía y los medios de comunicación», y más de un tercio (34,6%) tiene una opinión desfavorable o totalmente desfavorable de esa comunidad religiosa, que en España apenas suma 40.000 personas.

Hay otros datos llamativos en este Informe sobre el Antisemitismo, Por ejemplo, la extrema derecha tiene una opinión menos desfavorable de los judíos (34%) que la centro izquierda (37,7%), y la simpatía hacia los judíos en la extrema derecha (4,9 en la escala de 0 a 10) es superior a la de la media de la población (4,6)”[2].

Entre los que reconocen tener «antipatía hacia los judíos», sólo un 17% dice que ésta se debe al llamado «conflicto de Oriente Medio», por lo que de acuerdo a esto, el rechazo a los judíos no se puede asociar con el Estado de Israel o a sus políticas llevadas a cabo.

No sucede así en los medios de comunicación, donde el auge del antisemitismo sí está en función de ese conflicto[3].

Esta crisis está demostrando que los europeos están cada vez más “Euroescépticos”, lo  que está trayendo al escenario a grupos nacionalistas que están haciendo eco a las necesidades de la población con un discurso populista y demagógico.

En Italia, el movimiento de 5 Estrellas de Beppe Grillo, un reconocido actor y cómico italiano, cuyo movimiento político en las últimas elecciones generales de febrero de este año, fue el vencedor, siendo el primer partido del Congreso con un 25,5 % (108 diputados). Grillo consiguió un 23,8 % en el Senado (54 senadores)»[4].

Grillo pudo sacar rédito a la poca credibilidad de la clase política italiana, de la baja popularidad de los recortes propuestos por el ex Primer Ministro Mario Monti,  donde la tasa de desempleo en la eurozona ha superado el 11%.

Está claro que la respuesta que busca una parte de la opinión pública se encuentra en los movimientos populistas. Este nuevo movimiento nacionalista se ha apropiado de reivindicaciones de la extrema izquierda, y otras características, claramente xenófobas de la extrema derecha, mezcla que ya fue desarrollada en Italia, durante la época fascista de Benito Mussolini.

Está claro que las condiciones en las cuales se desarrollan estos movimientos no son las mismas que los procesos sucedidos entre las guerras mundiales, pero se debe tener en cuenta que la evolución de esta serie de eventos están provocando que estas ideas se estén desarrollando y consolidando en Europa, donde como en el caso de Grecia, los efectos de la recesión han sido decisivos para el apoyo a los grupos de ultraderecha, ya que este tipo de grupos populistas atraen votos de todo el espectro político.

La inquietud con la inmigración, la desconfianza en el sistema político y la crisis económica han pavimentado el apoyo a estos movimientos, donde evidentemente los problemas sociales son caldo de cultivo para la discriminación y el odio, proceso que se ha fortalecido en los países que más han sufrido con esta crisis.


[1] http://sociedad.elpais.com/sociedad/2011/03/30/actualidad/1301436012_850215.html

[2] http://sociedad.elpais.com/sociedad/2011/03/30/actualidad/1301436012_850215.html

[3] http://sociedad.elpais.com/sociedad/2011/03/30/actualidad/1301436012_850215.html

[4] http://elpais.com/elpais/2012/12/31/masterdeperiodismo/1355155627_616058.html

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