Prostitución y trata de mujeres: esclavas del siglo XXI.

por ARIELA LIJAVETZKY, Est. en Ciencias de la Educación de la U. Buenos Aires. Directora del Departamento de Educación No Formal de la OHA Macabi.

 

El Talmud relaciona las Cuatro Copas de vino tomadas en el Seder, a las cuatro Promesas de D´s a Israel: “Di a los hijos de Israel: Yo soy Adon-i y os sacaré… y os libertaré… y os redimiré… y os tomaré por Pueblo Mío y Yo seré Vuestro D´s” (Éxodo 6;6-7, Talmud de Jerusalem Pesajim 10:1)

Sin embargo, dos rabinos místicos del siglo XVI identificaron las Cuatro Copas con las Cuatro Matriarcas de Israel. El Majaral de Praga (famoso por la leyenda del Golem) y el Rabino Isaias Horowitz de Sefat explican:

1)      La Copa del Kidush representa a Sara que fue la madre de una comunidad de conversos, creyentes por elección.

2)      La Copa del Maguid es por Rebeca que sabía como ser madre tanto para Esav como para Iaakov, dos naturalezas opuestas.

3)      La Copa de la Bendición, después de comer, representa a Rajel cuyo hijo Iosef suministró Pan a toda la familia de Iaakov en una época de gran hambruna.

4)      La copa de Halel (alabanza) es para Lea, la primera mujer que alabó a D´s. (Génesis 29:35)

Extraído de “Una noche de libertad- La Hagadá Latina para la familia”- Mishael Zion y Noam Zion

Si consideramos que la Mujer asume un rol protagónico en el Seder de Pesaj, debemos aprovechar estos días para pensar en su rol en la sociedad actual.

La Mujer de hoy ya no es únicamente esposa y madre como lo fueron nuestras Matriarcas de Israel. Las Mujeres hoy son también trabajadoras, intelectuales, amantes, deportistas, estudiantes, docentes, delincuentes, gobernantes, viajantes, rebeldes, esclavas…

“Esclavos fuimos del Faraón en Mitzraim…” (Hagadá de Pesaj). Aquí es donde disiento con nuestra Hagadá. No es posible hablar de aquello que fuimos cuando aún hay quienes lo siguen siendo; cuando siguen habiendo “faraones” que encierran personas sin distinción de edad, género, religión; cuando hay varones, mujeres, niñas y niños privados/as de su libertad; cuando la esclavitud sigue existiendo en todas partes del mundo. Y entre aquellos esclavos y esclavas de hoy están las mujeres. MUJERES ESCLAVAS. Mujeres que salieron un día como cualquier otro a la calle y nunca regresaron. Nadie sabe donde están, nadie sabe quién las tiene. Nadie, excepto quienes visitan los lugares donde se encuentran encerradas, abonando una importante suma de dinero para probablemente ensanchar los bolsillos de algún gran empresario, que las obliga a entregar sus cuerpos a sus clientes, que las priva de sus vidas y las mantiene en la oscuridad.

Lamentablemente en toda Latinoamérica (y en el mundo) hay miles de mujeres desaparecidas, y por ende, miles de “clientes” que (ab)usan de sus “servicios”.
SIN CLIENTES NO HAY TRATA fue una frase muy escuchada y leída en el mes de diciembre último en la Argentina, cuando la Cámara Penal de la Provincia de Tucumán emitió su veredicto mediante el cual los 13 imputados del caso Marita Verón (desaparecida desde el 2002) resultaron absueltos. El fallo generó descontento y repudio por parte de la sociedad, así como de organizaciones de derechos humanos, de activistas políticos y de la mayor parte de los medios de comunicación de Argentina. La indignación popular fue total… Pero la trata continúa.

En estos días de Pesaj, no podemos sólo recordar que fuimos esclavos en Egipto. Debemos tener presente que la esclavitud sigue existiendo en nuestros días y que no llegará Moshé a liberarnos de ella. Somos nosotros, la humanidad entera, quienes debemos tomar conciencia de ello, y luchar por la libertad y el respeto por los Derechos Humanos de todas y todos.

«Que corra el juicio como las aguas, y la justicia como arroyo impetuoso» (Amos 5:24)

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