¿Se puede ser un «mal judío» y no cumplir ninguna Mitzvá?

por NATAN WAINGORTIN, Est. Seminario Rabínico Latinoamericano Marshall T. Meyer. Director Comunitario, Comunidad Ajdut Israel de Lanús, conurbano de Buenos Aires.

 

No, absolutamente no. Es prácticamente imposible no cumplir con ninguna mitzvá. ¿Y si eres un judío laico, renegado, ajeno a lo religioso? ¿Si evitas ir a la sinagoga, y ni siquiera tienes amigos judíos? No, no existe no cumplir nada.

¿Respetas a tus padres? ¿Visitas a los enfermos? ¿Eres solidario? ¿Luchas contra la injusticia? ¿Ayudas a los necesitados? ¿No mientes ni matas? ¿Eres confiable? ¿Pides perdón y sabes perdonar? Listo, ya viste que cumples varias mitzvot.

¿Qué significa esto? Primero revisemos qué es una mitzvá: un mandato divino. D’s creó el mundo con un Proyecto: que el Ser Humano viva en este mundo. Nuestro paso por la vida no es gratis, no es fácil. Tenemos infinitos contratiempos, así como otros tantos motivos de alegría.

¿Y las mitzvot? Son nuestra responsabilidad, son nuestro manual de instrucciones para que este mundo funcione mejor. ¿Y cuáles son las mitzvot?

Acá hay un problema: Es común que relacionemos los conceptos mitzvot-religiosos-estrictos-ortodoxos. Además aparece el 613 como un número inalcanzable. Y si piensas así, te estás resignando a no tener acceso a un judaísmo de mitzvot. Y peor aún, estás adjudicando a unos pocos el monopolio del Judaísmo tradicional.

Una morá pidió a los niños que dibujen «un judío», y casi todos dibujaron el estereotipo del judío ortodoxo, de negro, con barba, peies y sombrero. La morá les preguntó: ¿Chicos, ustedes son judíos? ¿Y por qué no se dibujaron a ustedes mismos? Es justamente esto, porque vemos una porción acotada de la Voluntad de D’s.

Y acá hay otro problema mucho peor: Aparecen dos categorías de mitzvot, cada una de las cuales tiene su club de fans: los judíos «laicos» defienden la moral y la ética, y los judíos «religiosos» enfatizan lo ritual. Unos los valores universales y otros lo distintivo y único de nosotros. Hay un libro excelente, “Ocho Preguntas Sobre Judaísmo” (J. Telushkin y D. Prager), que plantea, por un lado: ¿Cómo se explica que haya judíos religiosos que no son éticos? y por el otro: ¿Cómo se explica que haya judíos éticos que no son religiosos?

Esto nos muestra una polaridad, ciertamente falsa. Si como judío «solamente ético» te preocupa cómo se puede ser religioso sin valores morales, es porque algo te hace pensar que ética y ritual «deben» ir de la mano. Y a eso refiere la segunda parte de la pregunta: Si hay una vinculación, ésta debe ser mutua.

A veces parecen dos caras de la misma moneda, pero si fuera así serían irreconciliables, tirarían para lados opuestos. Dejemos de pensar en dos caras de una moneda y veamos una sola esfera que integra ambas facetas.

De esta manera, podemos sentir más cercano el mundo de las mitzvot. Nunca pensemos que la Torá está lejos en el cielo o al otro lado del mar. Primero tomemos conciencia de que ya cumplimos muchas mitzvot sólo con ser buenas personas, y eso es muy valioso, es muy religioso. En este punto nos invito a crecer e incorporar las «otras» mitzvot, que son, en su esencia, piezas del mismo rompecabezas.

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