¿Terrorismo en Chile?

por GABRIEL CARVALLO, Est. Ingeniería Comercial, U. de Chile.
 
Notable el espectáculo mediático que nos han brindado nuestros medios de comunicación con el bombazo ocurrido en el metro, simplemente espectacular.
Revisando las portadas, primero “El Mercurio” con el titular: “Estremecedor bombazo en el metro”, dando a entender lo innegablemente trágico de lo ocurrido. En los títulos más pequeños, una venezolana nos advierte que ni siquiera en su peligroso país de origen pasan esas situaciones. A su lado, se expone el “giro del presidente del partido comunista”, que al parecer dejó de estar del lado del terrorismo de los upelientos para volver a la cordura del estado. Luego, un llamado desde la razón que nos hace Chadwick a dejar de discutir tonteras y aplicar rápidamente la ley antiterrorista, y por último, el impacto de nuestra Presidenta que al parecer no tiene más que pedirle a la ciudadanía que aporte en la denuncia. Mensaje no claro, pero no nos extraña.
“La Tercera” no nos muestra grandes títulos al respecto, y luego de pasar las imágenes de caos y fuego en torno a noticias sobre el 11 de septiembre, observamos pequeños titulares que aluden al “cuidado” que se debe tener para visitar Chile, a la “radiografía” que se debe hacer de la ley antiterrorista. Entre otras cosas, a un lado está la editorial sobre cómo los grupos terroristas han ido tomando posición en el país desde hace años, llamando a la reflexión sobre la “constante legitimación” que se le hace a los grupos “violentistas”, y luego deslegitima a la directora del Instituto Nacional de Derechos Humanos y su declaración pasada con respecto al conflicto mapuche, culminando con: “Hoy día nadie puede decir que en Chile no hay terrorismo”. Mensaje claro: cambiar ley antiterrorista para enfrentar a los grupos violentistas.
“La Segunda”, en una imagen digna de la oposición a Salvador Allende, resalta: “Ataque aún sin responsables”, y “El retorno del miedo”, y atrás la imagen de una carabinero con cara de preocupación y señoras de edad mayor difuminadas y con caras decaídas. Los subtítulos que acompañan la portada hablan de temor, unidad, los frentes que le estallaron a Peñailillo y la psicología de quienes ponen bombas. En su página web, además vemos una interactiva encuesta sobre lo ocurrido, “¿Cuál cree que es la principal razón para que los bombazos hallan escalado hasta este punto?”, y las opciones ofrecidas son: falta de prioridad por parte del gobierno para enfrentar el asunto, falta de castigo y leyes más duras, ineficiencia para desarticular el terrorismo, tolerancia ante las ideas antisistema, y por supuesto “otra”, que se mantiene con un 5% de la votación. ¿Hay alguna idea que se está tratando de dar por entendida? ¿Es obvio que en Chile falta una policía más represora y simplemente yo no lo estoy viendo?
Yo no quiero legitimar al personaje que sea que haya puesto la bomba, es un delito grave que debe ser sancionado con todas las de la ley. Pero no caigamos en la paranoia inventada para pasar la nueva ley antiterrorista. Asumiendo la gravedad del asunto, no dejemos que le den más atribuciones a la policía, que aumente la represión.
No permitamos que se insulte al movimiento social y al movimiento mapuche desde una temática que no guarda ninguna relación con éstos. Peñailillo y el gobierno hace bastante buscan hacer pasar una nueva ley anti-terrorista que ahora “va a adquirir suma urgencia en el senado para que se otorguen prontamente mayores atribuciones a la policía”. Este nuevo bombazo cae perfecto para concretar sus intereses.
Finalmente, lo única consecuencia es que nos van a llegar más lumazos y lacrimógenas en las diversas manifestaciones que los movimientos sociales llevamos a cabo, y se continuará deslegitimando el derecho de autodeterminación del pueblo mapuche como lo viene haciendo el estado chileno desde hace más de un siglo.
 
Foto: Cristóbal Escobar, Agencia UNO

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